Los campesinos del Valle del Mezquital han volteado a la producción de jitomate a través de la hidroponía o en el suelo por acolchados, en naves de invernaderos, los cuales se construyeron con remesas de migrantes que trabajan en los Estados Unidos, o con ahorros de los agricultores.
Esta actividad según Genaro Trejo, campesino de la comunidad de La Estancia, municipio de Chilcuautla, genera una producción anual en promedio de más de 30 mil toneladas, lo que representa un aproximado de ingresos por ventas de más de 240 millones de pesos cada año.
En esta zona jitomatera existen más de cien hectáreas de naves de invernaderos, que generan tres empleos directos y en tiempos de cosecha suman cinco empleos indirectos, por lo que el total de empleos formales asciende a más de 500.
Las exportaciones mexicanas de hortalizas (jitomate rojo, chiles, pepino, lechuga y cebolla) crecieron a tasas interanuales de 6.5% en volumen y 4.9% en valor de enero a octubre de 2023, de acuerdo con datos del Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA).
De ese modo, las ventas externas de hortalizas desde México sumaron 5.52 millones de toneladas y 4,626 millones de dólares. En valor, las exportaciones estuvieron dominadas por las de jitomate rojo (1,896 millones de dólares), lo que equivale al doble del producto en la segunda posición, los chiles (901 millones de dólares).
Sin embargo, en el municipio de Chilcuautla, y en Hidalgo, no se exportan sus jitomates, debido a la virosis que sufren las plantas lo que baja la calidad del producto, por lo que los frutos sólo se comercializan a nivel estatal o nacional, informó el agricultor Genaro Trejo.
“Sin embargo sin apoyo del gobierno, evaluamos la posibilidad de adquirir semillas de alta resistencia contra la virosis de las variedades cedros y azores que tienen un costo de 320 dólares el millar, precio que es el doble de los pagan en la actualidad”, dijo el campesino.
Según datos de GCMA, México exporta más de la mitad de su producción anual de jitomate y los productores de todo el país utilizan invernaderos, casas de sombra, sistemas de túneles altos y otras tecnologías de control climático para abastecer el mercado estadounidense durante todo el año.
Según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader), la producción de jitomate se encuentra entre las más sofisticadas tecnológicamente de la agricultura mexicana, con 67% de la producción total bajo condiciones controladas.