Comprar un inmueble en la capital resulta una decisión difícil de tomar para los adultos jóvenes, debido a que a pesar de que cuentan con empleos fijos y formales, los altos costos; el tiempo que tardarían en pagar y hasta el tema del desabasto de agua, les genera dudas.
“Es una decisión difícil porque son muchos años para pagarla y el sueldo no ayuda mucho como para meterle más dinero a la deuda”, externa Rodrigo Castillo, de 33 años de edad, quien desde los 22 años de edad empezó a cotizar.
Los costos de los inmuebles nuevos en la zona metropolitana de Pachuca dependen de acuerdo al tipo de constructora, inmobiliaria, material, diseño, tamaño y ubicación, por lo que para muchos es difícil endeudarse con miles o millones de pesos.
Por ello, a pesar de que ya tiene su propia familia, Castillo decidió construir en el terreno donde viven sus padres, antes de comprar una casa nueva: “Si tener deudas de ropa o de tarjetas es complicado, más la de una casa, además, la terminaría de pagar hasta los 60 años y eso es algo que me quitaría el sueño”, dijo.
La razón por la que tampoco utiliza su crédito hipotecario para remodelar su actual vivienda es porque considera que una deuda a grande plazo no le conviene a sus finanzas y tampoco pretende adquirir un inmueble para renta.
“Comprar para que otros lo usen podría ser rentable porque aparentemente la deuda se pagaría sola, pero es un riesgo, si no está en una buena ubicación, o si al cabo de los años no hay agua la bronca es para mí completamente”, expresó Castillo.
El pachuqueño tiene planeado utilizar posteriormente el ahorro de la Subcuenta de vivienda: “Es un beneficio que utilizaré posteriormente pero no en comprar una casa, o al menos no es mi idea, porque son muy chicas”, finalizó.