El incendio forestal en Juárez, Hidalgo, que abarcó 900 hectáreas aproximadamente, impactará negativamente al sector ganadero porque aunado a la sequía y falta de lluvias, disminuyó el agua, ocupada para sofocar el fuego, y zonas de pastoreo fueron pasto de las llamas, consideró Arsenio Pérez, dedicado a la engorda de animales desde hace más de 30 años.
Lamentó que, en primer lugar la deflagración se extendiera con el paso de las horas, inició el 24 de marzo, y entre civiles y policías como de Protección Civil municipales intentaron controlarlo, pero las condiciones climáticas no lo hicieron posible.
Cuatro días posteriores, el viernes, se informaba que había sido sofocado, quedaban señales de humo todavía, pero no representaban peligro, únicamente se continuaría el monitoreo, dijeron autoridades policiales locales.
Bajo ese panorama, Arsenio Pérez comentó que al principio del incendio forestal no hubo apoyo estatal y eso también contribuyó a que no pudieran detener su avance, “y notamos una disminución en los niveles de agua” de arroyos y otros embalses, porque obviamente se utilizaron en el combate del fuego.
El otro punto es que las llamas acabaron con importantes zonas de pastoreo del ganado, en suma es un “desastre para el sector ganadero del municipio, yo en mi caso debo vender mis animales porque van a enflacar o se van a morir de hambre y sed”.
El ganadero pronosticó que así como él, habrá muchos más que van hacer lo mismo, habrá una crisis económica para el sector porque la sequía se agudiza y no hay para cuando llueva.
“Si nosotros no podemos enfrentar la sequía, la falta de lluvia, la escasez de agua para que beban los animales y que el forraje se está acabando y en donde hay aumentó de precio, así como que no hay pastoreo, tampoco habrá un gobierno que pueda ayudarnos”, opinó.