Aproximadamente mil personas acudieron a la misa de Institución de la Eucaristía en la Catedral Metropolitana de Tulancingo, día en que oficialmente inicia el arco de la Pasión de Cristo y se lavan pies de forma simbólica a doce niños vestidos como apóstoles.
Encabezada por monseñor Domingo Díaz Martínez, arzobispo de la Arquidiócesis de Tulancingo, en esta misa se recuerda el episodio de la Última Cena del Señor, pasaje bíblico que antecede a la traición de Judas y luego al clímax de la Semana Santa.
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Por esa razón el ambiente no fue de tanto júbilo, de hecho, hubo abundancia de religiosas vestidas de negro y los cánticos eran más bien lúgubres. Durante la homilía, Monseñor criticó a aquellas personas que buscan enriquecerse de forma individual:
"En este mundo hay gente que solo piensa en enriquecerse ellos, en la iglesia no es así. Aquí pensamos en enriquecernos todos y nos referimos a pasar de la muerte a la vida", expresó.
Posteriormente, los sacerdotes de la Catedral lavaron los pies a 12 jóvenes caracterizados de los discípulos de Cristo, tradición de la Semana Santa. Mientras tanto, el arzobispo explicó lo que representa esta metáfora, pues dijo que al hacerlo nos volvemos dignos de acompañar a Jesús "en el Reino de los Cielos".
Luego de una procesión al cierre de la misa para resguardar al Santísimo en el Día de la Pasión, las imágenes de la Catedral se cubrieron con telas moradas, en señal de luto por la muerte de Cristo.