ALTIPLANO DE HIDALGO.- La cocina lacustre, es decir, la que se crea empleando como principales elementos aquellos que se consiguen entorno a los lagos y otros cuerpos de agua, representa para esta región del estado un legado histórico que sobrevive a pesar del proceso de mestizaje ocurrido por la Conquista Española, los acociles, carpas, el pato, pero en especial las ancas de rana son un símbolo de la gastronomía local y podrían llevar a Tepeapulco a convertirse en un Pueblo con Sabor.

Miguel Ángel Monroy, cronista de Tepeapulco, y creador del libro “Murmullos y Sabores de la Laguna de Tecocomulco”, refirió a El Sol de Hidalgo, que, en esta obra, creada en 2018, busca que los platillos nativos, pero también la flora y fauna entorno a uno de los humedales más importantes del país prevalezca. Indicó que la obra partió del deseo de homenajear a su madre, quien aprovechando lo que la naturaleza le brindaba aprendió decenas de recetas, muchas de las cuales llegaron a la actualidad de boca en boca, por las pobladoras en torno a la Laguna de Tecocomulco.

Aseguró que la relevancia de esta gastronomía es tal que el propio Fray Bernardino de Sahagún la describió en sus escritos, narrando una de las recetas consideradas como más antiguas, ancas de rana en salsa verde, por allá del año 1548. Sin embargo, dijo, actualmente, la preparación más popular es en consomé, una receta que contiene chile rojo, ajo, cebolla, epazote y xoconostle, conocida por quienes atraviesan una resaca como “medicina santísima para la cruda”.

A esta elaboración le siguen las de mixiote en salsa verde y roja, además de otras preparaciones tradicionales como al ajillo, a la mantequilla, a la diabla y otras más sofisticadas como a las finas hierbas. Actualmente 18 de los 22 restaurantes ubicados en la rivera ofrecen este platillo con costos de 100 hasta 140 pesos, y aunque la crisis económica causada por la Covid-19, afecta a los restauranteros locales, dijo, poco a poco los turistas vuelven a Tecocomulco a disfrutar estas delicias.