“Tuve el apoyo de mi madre y de mi padre, si hubo comentarios de otros integrantes de la familia que me decían no, eres mujer, no eres para esto”, dijo Aline Valdivia, cadete del Instituto de Formación Profesional de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado.
Desde muy joven, Aline afirma que tuvo la convicción de lo que quería hacer en la vida, y aunque la familia y amigos le decían que no, ella tuvo la firmeza de seguir adelante y convertirse en policía a sus 19 años de edad.
“La verdad desde muy pequeña me llamo la atención, aparte de que a mí me gusta apoyar y que mejor manera de servir a mi estado, principalmente”, dijo Valdivia.
De acuerdo a los resultados de la primera Encuesta Nacional de Estándares y Capacitación Profesional Policial (ENECAP), en México existen cerca de 385 mil elementos policiacos, de los cuales, solo dos de cada diez son mujeres.
De este total, el 76 por ciento se encuentran adscritos a policías preventivas estatales o municipales.
Para Aline, lo más difícil del proceso de convertirse en policía es adaptarse de una vida civil a una vida de formación, levantarse a las cinco de la mañana, la disciplina, los horarios a respetar y la actividad física diaria.
“Es una decisión muy difícil, pero para entrar aquí pasamos por distintos filtros, uno es el psicológico, otro es el psicométrico, con estos demostramos que estamos capacitados y tenemos el interés de entrar a esta formación”, comentó la cadete.
Y aunque no ha recibido ningún trato discriminatorio, también le es difícil convivir con hombres la mayor parte del tiempo.
A nivel nacional, el 80 por ciento de los elementos de policía tenía empleo antes de ingresar a la corporación. De ellos, el 18 por ciento contaba con experiencia en funciones de seguridad pública o privada, por lo que la profesionalización en este momento es importante.
Aline espera continuar con su carrera policía, profesionalizarse en alguna rama dentro de su mismo instituto educativo.