De entre los más de 100 feligreses que llegaron a la Catedral Metropolitana de Tulancingo en la primera misa por el Día de la Santa Cruz, don José Eladeo es uno de los albañiles que se dieron cita.
Contó a El Sol de Tulancingo que desde antes de los 20 años se involucró en el oficio de la construcción y que desde ese entonces acude cada 03 de mayo a dar gracias y bendecir una cruz por cada una de las obras que esté dirigiendo en ese momento.
En esta ocasión llevó tres, dos para construcciones en desarrollo y una para su casa.
“Nunca me ha faltado la chamba”
Para él, este símbolo no solo representa la tradición, también una radiante devoción en agradecimiento porque "Dios siempre le ha cuidado" y afortunadamente "nunca me ha faltado chamba".
Y es que refirió que su trabajo es de mucho riesgo pues hay que montar estructuras altas, correr en andamios, cargar herramientas o bultos pesados, entre otros.
"Cuando trabajas en algo así lo mejor es encomendarse a Dios. Ha habido compañeros que se quedan en el trabajo, afortunadamente en más de 20 años jamás me ha pasado algo así. Desde joven aprendí esta tradición y cada año vengo, a veces es mi hijo, pero siempre lleva su cruz a donde está chambeando y así también se bendice la obra", explicó.
3 de mayo, un día de fe para los trabajadores de la construcción
Además, hizo hincapié que a diferencia de otros en el gremio, él destina este día para su fe y por lo tanto no trabaja.
"Nuestro trabajo como constructor es pesado y delicado, pedimos que nos cuide en donde estemos. Yo no voy mucho a la iglesia, pero este es un día especial para nosotros y por eso no lo trabajo, por respeto a la fe, aunque no me lo paguen es un día para mi fe y a veces lo toman a mal, pero es un honor hacerlo cada 03 de mayo como constructor de casas. Nunca se ha perdido la tradición", abundó.
Recordó que en años anteriores era más común ver que los sacerdotes acudían a las obras a bendecir, lo que propiciaba a la vez una serie de festejos con comida y hasta cuetes. De ahí fue donde aprendió que debe guardarse respeto a la Cruz más en una actividad de dicha índole. Con 46 años de edad, empezó su travesía en la albañilería desde que tenía 14. Sin embargo fue hasta tiempo después que comenzó a expresar su devoción la cual incrementó desde que se convirtió en "maestro".
"Cuando no eres patrón muchas veces no lo celebras, pero ahora que lo soy es para mí un honor celebrarlo. Gracias a mi trabajo sobrevivo", concluyó.