En 2019 con la prohibición de plásticos de un solo uso, la industria que los fabrica tuvo una importante reducción en sus ingresos, pero en dos años de pandemia del nuevo coronavirus se recuperó y aumentaron un 20% en ventas porque para prevenir la transmisión del Covid-19 se crearon los servicios a domicilio y de recoger en el negocio, siendo empaquetados en unicel, bolsas, incluían popotes y emplayado.
“El uso del plástico se triplicó con los servicios de reparto a domicilio y todo iba en plástico para evitar el virus”, informó la fundadora de la Alianza Hidalguense Ambiental, Pamela Eunice Álvarez Tovar, quien además criticó que la ley de prohibición de uso de esos elementos contaminantes existe desde 2016 y en Hidalgo “no se aplicaba hasta 2019”.
La imposición de medidas sanitarias que previenen los contagios, implicaron que los comercios, farmacias y otros, que hacían entregas o repartos, adquirieran productos para embalar o empaquetar lo que distribuían, lo que provocó que los fabricantes aumentarán su producción, cuando en el plástico el virus dura hasta cuatro días y en cartón o tela solo 24 horas, de acuerdo con la ONU, indicó.
“Enfocarse en un protocolo higiénico adecuado no es para usar desechables”, cuando cada quien puede llevar su propio envase, vaso y utensilios desinfectados y así transportar lo que se compra, afirmó.
La disposición final del cubrebocas es un nuevo problema surgido con la pandemia, pues su composición es de 70% celulosa y plástico, “no son biodegradables”.
Alertó sobre el uso de los poliestirenos expandido (unicel) que liberan un “químico” al verter líquidos calientes, que se va al estómago y el sistema endócrino lo confunde con una hormona “y propicia el cáncer”, a menos que sean libres de VPA, como los biberones.
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Sostuvo que la industria del plástico engaña que el unicel es biodegradable, además que en Hidalgo los residuos sólidos no tienen un lugar adecuado de disposición final.