La llorona, una de las leyendas más famosas de México y gran parte de Centroamérica que sin duda alguna, en más de una ocasión han sabido sacarnos un buen susto.
Lejos de la creencia, Tulancingo no es la excepción de estas apariciones pues, ¿por qué lo sería? La ciudad de los satélites cuenta con diversos lugares tenebrosos pero solo en muy pocos se dice, la llorona se hace visible.
La Leyenda a lo Largo de la Historia
De acuerdo con información de Lorenia Lira, cronista de Tulancingo, poco antes de la llegada de los españoles, una mujer cruzaba la Gran Tenochtitlán gritando en náhuatl “Ay mis hijos, lo que les va a pasar”.
Lira relata que los que la escuchaban sentían gran temor por el presagio de la mujer que al final, fue cierto pues de una población aproximada de 20 millones de indígenas, posterior a la llegada de Hernán Cortés quedaron 1 millón, cien años después.
Es decir, fue una de los genocidios más grandes de la historia, la Llorona tenía razón en sufrir por sus hijos.
Lira continúa relatando que durante la época colonial, se vinculó a la Llorona con la Malinche, pues se decía que era el arquetipo de mujer enamorada de un hombre blanco, el que nunca reconocía a los hijos que había tenido con ella y por eso las Lloronas sufrían, por los hijos mestizos, por la vergüenza, por la traición.
Posteriormente, durante la Revolución, se relaciona a la Llorona con las soldaderas, que sufrían por sus hijos metidos en la bola, por los hijos de la pobreza; la Llorona lloraba por la miseria de los mexicanos, por la muerte en la Revolución.
Su Aparición en Tulancingo
El lugar donde la leyenda supuestamente hace sus apariciones es en el Río Tulancingo y en cuerpos de agua cercanos aunque muchas veces no se ve como tal al espectro, sino que se escucha el famoso lamento por sus hijos.