Mientras para los pachuqueños los precios de las gasolinas en la capital es elevado, para los turistas de la Ciudad de México y San Luis Potosí es lo contrario comparado con los de esos lugares, coincidieron dos despachadores de combustible, así como que la peor debacle de ventas de los últimos 25 años ha sido el 2020, año de la pandemia por el Covid-19.
Empleado de la estación 2015, ubicada en Pachuca, Juan, quien al igual que el segundo entrevistado pidió publicar solo su nombre, dijo que lleva 25 años “trabajando aquí nada más” y en 1996 obtenía entre 300 a 200 pesos diarios de propinas, que hoy son menores.
Junto a su salario, de “tres mil y feria”, reconoció que “alcanza para medio vivir y medio comer” junto con su esposa, ama de casa, pues sus hijos ya hicieron su vida fuera del hogar paternal.
El 2020 “fue el peor año” para él, incluso llegó a pensar “que se iba cerrar la gasolinera”, las propinas bajaron 100 pesos respecto al periodo prepandemia.
La principal queja de sus clientes y automovilistas a lo largo de 25 años, es que la gasolina esta cara y han tenido que cambiar sus vehículos por los de menor cilindraje.
“Otros, que ya no venían tan seguido, me cuentan que se les descompusieron sus carros por usar gasolina huachicol”, recordó el despachador de 72 años de edad, quien ya se vacuno y no se enfermó de Covid-19.
Por su parte, Ramón de 35 años, lleva 17 años de labor en la única gasolinera del primer cuadro de Pachuca, casado y tres descendientes, destacó que cuando empezó había más consumo de combustible y más propinas, pero desde que inició operaciones el Tuzobús, en 2015, bajaron las ventas, aunque el peor momento fue en 2020.
Aunque parezca inverosímil, hay gente que no lleva dinero o no pasa su tarjeta y le dejan en prenda un reloj o celular y regresan a pagar lo que consumen.
Actualmente prevalece que piden generalmente 200 pesos de gasolina; de cada 10 autos, uno es de ocho cilindros y uno es el que pide tanque lleno.
Agregó que, además de los turistas de la Ciudad de México y San Luis Potosí, los de la Sierra hidalguense, también les resulta más barato el combustible que en sus lugares de origen.