En la pachuqueña colonia Las Palmitas, después de que en 2015 fuera un modelo nacional de atención a la inseguridad que se vivía en ese entonces en el país y se inaugurara el macromural más grande de México, actualmente la policía municipal rara vez patrulla, ya no hay actividades sociorrecreativas ni para prevenir problemas de drogadicción o violencia, aunque sí disminuyeron las fiestas que terminaban en disputas entre invitados.
Así lo describieron, la ama de casa Norma, quien lleva 14 años viviendo en la parte alta, y Juan Antonio, joven de 19 años que estudia en la UAEH, con domicilio en las primeras calles perpendiculares a la avenida San Felipe de Las Torres; no así para un hombre que tiene un taller mecánico en esa arteria principal, no ha sufrido de un asalto ni tampoco de agresiones físicas, para él fue “un acto político” lo del programa federal “Nos Mueve la Paz”, que promovía el rescate de espacios públicos.
Norma recordó que antes del macromural, que tuvo una inversión de cinco millones de pesos con la participación del colectivo de muralistas Germen Crew, había unos jóvenes que se reunían en la parte alta de la avenida citada y al mediodía o empezaban a tomar cervezas, pero “ya no se juntan” desde hace muchos años.