Trabajaba en la región Otomí Tepehua, en ese tiempo manejaba una retroexcavadora, en esos días pise un clavo y se infectó el píe, lo lavé con agua y jabón, también con agua oxigenada, pero a pesar de ello la infección continuó, relató Juan Ortiz Monrroy, maquinista.
“Después de más de una semana el dolor continuó, comenzaron los escalofríos, me dieron pastillas analgésicas y otras medicinas pero el diagnóstico del médico, fue de que tenía gangrena, y que ya no se podía hacer nada”, explicó.
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“Me dijo el médico que e tenían que cortar la pierna, lo comenté con mi familia, y pues al final tomamos la decisión de que si me amputaran, aún recuerdo cuando comenzaron a cortarme la pierna, sentí como me la quitaron”, explicó.
“Cuando la operación terminó y el efecto de la anestesia se disipó, comenzó el dolor, un brujo me dijo que me iba a deprimir, y que él me iba a dar la solución para salir de esta depresión”, aseguró.
Después de la operación comencé a recolectar fondos con los amigos para comprar una prótesis, la cual tenía un costo de 40 mil pesos, pero el especialista me la dejó en 20 mil pesos.
“La verdad es que no entré en un estado depresivo, yo sólo tomé fuerza y comencé a hacer chiste de mi píe, me rió de mi condición física, esa es la solución a los problemas ver el lado cómico” dijo el maquinista con una sonrisa en los labios.
En la actualidad Juan Ortiz, opera una maquinaría pesada tipo D7, la cual es de orugas, en la parte frontal tienen una para nivelar o desmontar terrenos, mientras que en la parte de atrás tienen tres uñas en el riper, que sirven para hacer trabajos de subsuelo.
Juan Ortíz, comparte su historia de vida para que otras personas que atraviesan por situaciones difíciles, encuentren sentido a la vida, y no se dejen llevar por su penas, o encuentren salidas fáciles, como el alcoholismo, la drogadicción o el suicidio.
