En Tulancingo existen muchos comercios que han sobrevivido al paso del tiempo, tal es el caso de la icónica cantina La Sala de Espera que vio cruzar por sus puertas a decenas de generaciones para convivir con amigos.
El pasado lunes 29 de abril, el dueño del lugar, anunció en redes sociales el cierre de espacio de esparcimiento con más de 120 años de antigüedad, lo que ha generado la opinión de los tulancinguenses quienes en al menos una ocasión visitaron el lugar o diariamente cruzaron por el sitio.
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Volver en el tiempo en La Sala de Espera
Está ubicada en frente al Museo del Ferrocarril, sobre la calle Matamoros en el cruce con la icónica Calzada 5 de mayo,
Se observa en plena esquina como una cantina de antaño con la clásica puerta de vaivén, característica de películas del “viejo oeste”.
Un lugar que con una barra tradicional, mesas y sillas de madera, que al sentarse parecías volver en el tiempo, la estructura arquitectónica original te transportaba en el tiempo.
La Sala de Espera fue fundada en 1900 y remodelada sin perder el estilo único en 2006, Tuvo su auge en el tiempo en donde en Tulancingo había tendajones, cantinas y pulquerías, muchos de ellos han desaparecido también, como La Jarochita y La Perla del Brasil.
Sin embargo este lugar logró perdurar a través del tiempo y en el colectivo tulancinguense muchos recuerdan anécdotas, como a quienes se les iba el tren por pasar un momento de esparcimiento en dicho lugar.
Otros negocios icónicos en Tulancingo
En el municipio no muchos negocios han sobrevivido el paso del tiempo como El Bazar Universal, tras 90 años de dar servicio a los tulancinguenses así como Disco Bruja, Discos LP. El Cine Olimpia y el Cine Rex, son algunos otros ejemplos
En contraste, otros negocios se mantienen perennes ante el tiempo como las tortas La Luz Roja, la mercería La Gitana y el Cine del Villar.