TULA DE ALLENDE, Hgo.- Hace seis años Porfirio Pérez García la vida le puso en un brete, su matrimonio se acabó y aunque estaba decidido a dejar a sus hijos al cuidado de su madre, estos decidieron e insistieron que querían vivir con él y no lo dudó. A los 44 años, se convirtió en padre soltero de tres niños, Gabriel, Ángel y Aitana, lo que se volvió una loca aventura, a veces complicada, pero satisfactoria.
La música ha sido su pasión, su fortaleza y su fuente de empleo, con estudios truncos de concertista en guitarra, así como de actuación, Porfirio trabaja desde hace años en la Universidad Tecnológica Tula Tepeji, en el área de eventos, da clases de música privadas, hace producción de videos y realiza un “servicio”, en los coros de varias iglesias.
Tiene una vida ajetreada y a veces difícil, reconoce, porque estos seis años, tras un divorcio complicado que por momentos se convirtió en una guerra para conseguir la custodia de los niños, que en esa época tenían 6, 7 y 11 años, la posibilidad de que la familia materna o la madre ayudaran a cuidarlos no era opción.
Su mamá a la que hubiera podido recurrir por ayuda, comparte, era en ese momento ya una mujer mayor, a la que no quería imponerle una responsabilidad que no le correspondía. Pero además estaba habituado a cuidar a sus niños y decidió que no los iba a andar encargando con familiares y menos con desconocidos. Y decidió también que no buscaría una nueva pareja.
“Pensé en que quería darles una vida tranquila, porque ya habían pasado por una difícil situación con lo de la separación de su mamá, así que como dicen, me la he “rifado solo” para atenderlos. Lo que no ha sido fácil, sobre todo porque mi situación económica se complicó. Pero estoy contento con mi decisión, aunque no todo ha salido como hubiera querido”.
Porfirio comparte que como desde que nacieron los pequeños fue muy participativo en la crianza y su cuidado, cuando comenzaron a vivir solos los cuatro no tuvieron problemas para adaptar una nueva rutina.
Asegura que su situación obligó a los pequeños a aprender a temprana edad a atenderse, a esperar y a él a organizarse para hacer las labores de la casa y cumplir con el trabajo.
Pero lidiar con la sociedad, en el día a día como padre soltero ha sido otra cosa, destaca, y reconoce que es lo que le ha complicado la vida y a veces lo pone en aprietos.
“A veces como hombres la discriminación si llega a ser un poquito difícil, sobre todo cuando hay que salir a juntas con los niños, en algún momento cuando iniciábamos con este problema, se me complicaba para los permisos, para ir a ver asunto de la escuela de mis hijos. Pero actualmente tengo una nueva jefa que me apoya un poquito más”, refiere.
Actualmente ya solo dos de los niños viven con Porfirio, el mayor decidió regresar a vivir con su mamá decisión que respeta, pero en esta circunstancia, refiere los dos pequeños ya aprendieron a atenderse y la vida en casa se complica menos.
“Aunque hay situaciones que siguen siendo complicadas para un padre solo, sea hombre o mujer. Cuando tienes varios hijos y alguno se enferma. Porque o atiendes el trabajo o vas sacar las citas, llevarlos a los estudios, estar con ellos en el hospital y luego no pueden dejar solo a los otros niños, se complica mucho”.
De la celebración de Día del Padre, comparte que no es una fecha que celebren, por su situación de familia.
“Mis niños no pueden celebrar el Día de la Madre, como la mayoría, porque aunque busco la manera que convivan con su mamá, ellos no viven con ella y no desean tener en este momento una cercanía, entonces ese tipo de festejo les incomoda un poco, así que dejamos pasar también el Día del Padre”, explica, aunque es algo que disfruta todos los días porque comparte cada día con sus hijos.