La tuna, fruta de temporada

Abraham Ascencio

  · sábado 4 de julio de 2020

Con una garrocha y un bote, se baja la tuna para limpiarla y después comer | Abraham Ascencio 

En los pueblos de la región de Tulancingo, ha comenzado la temporada de la tuna, y sus sabores multicolores.

Rojas, blancas, amarillas, anaranjadas y verdes, la tuna es el fruto del nopal, y el tiempo de cosecha inicia en el mes de julio.

Unas dellas son blancas; otras, bermejas, otras, amarillas; otras, encarnadas. Hácese en este árbol fruta que se llaman tunas. Son muy buenas de comer, nacen en las mismas hojas. Las hojas deste árbol, descortezadas y molidas, danlas a beber con agua a la mujer que no puede parir o que se ladeó la criatura”, describe Fray Bernardino de Sahagún, Historia general de las Cosas de Nueva España

México es el mayor productor, a nivel mundial, con un 50 por ciento de la producción en el globo terráqueo, alcanzando las 400 mil toneladas anuales, de las cuales se exporta el 10 por ciento, de esta rica fruta que tiene un origen y cultivo ancestral.

Plasmadas en el escudo nacional, las tunas simbolizan los corazones de los guerreros vencidos.

Entre el 2012 y el 2017, el volumen exportado de este fruto se incrementó casi 140 por ciento, al pasar de 7.1 a 17 mil toneladas, siendo Estados Unidos el principal importador del producto mexicano, de acuerdo con información de Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP).

En Tulancingo, es muy común verlas de manera silvestre en zonas rurales y boscosas, como en Santiago Tulantepec, Cuautepec y Singuilucan.

Limpiadas en el pasto y jarillas, para quitarles las espinas, con una púa de maguey, se abre la cascara y se consumen, hasta de un solo bocado.

En el continente americano existen más de 80 variedades, de las cuales se pueden producir quesos, harinas, néctares, el fruto en almíbar, vinos, bebidas, aguas, jugos, curados, jaleas y ates entre otros subproductos.


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