“La vida continúa y hay que echarle ganas”: restaurantero

Perdió todo en su negocio tras la inundación que ocurrió en ciudad de Tula

César Martínez

  · lunes 13 de septiembre de 2021

Gustavo Adolfo es consciente de la situación de contingencia que hay. Especial/César Martínez.

TULA DE ALLENDE, HGO.-Pérdidas materiales que oscilan entre ciento cincuenta a doscientos mil pesos en total sufrió conocido restaurante de la ciudad localizado en la céntrica calle Leandro Valle, tras la inundación que hubo luego del desbordamiento del Río Tula, hace ocho días.

Diversos artículos, como mesas, sillas, insumos de restaurante, comida, materia prima, aparatos electrodomésticos y electrónicos, refrigeradores, barra de recepción, puertas y vidrios se echaron a perder en la contingencia.

Gustavo Adolfo Ramírez Gutiérrez, propietario del comercio, señaló hoy que no le queda de otra y tiene que echarle ganas, pues la vida continúa y gracias a Dios está vivo al igual que sus familiares.

Perdió todo en su restaurante situado en la calle Leandro Valle esquina con Juárez, de esta ciudad, durante la inundación.

Junto con sus hermanos Bernardo y Juan Carlos Ramírez Gutiérrez, realiza labores de limpieza y sanitización en el establecimiento comercial con giro gastronómico, que funciona desde hace diez años en dicho local, pero desde el año 1980 comenzó a funcionar dicho restaurante, solo que antes en otro espacio.

El entrevistado pidió que las autoridades gubernamentales deben dar un banderazo de apoyo y reinicio de actividades comerciales cuando sea el tiempo prudente.

“Como trabajador del ramo restaurantero debo ser muy responsable para poder abrir y ofrecer servicio, ya que no se puede arrancar en estos momentos hasta que uno sea supervisado por la autoridad correspondiente y no pienso dar servicio ya que soy consciente de la situación de contingencia” dijo Gustavo Adolfo.

Señaló que representantes del gobierno estatal y municipal de Tula mencionaron que si va ver apoyo para comerciantes establecidos afectados por la inundación, solamente que tienen que tener paciencia.

Finalizó diciendo que si los comerciantes de la ciudad de Tula se apuran y las autoridades los apoyan pronto económicamente, en un mes aproximadamente podrían empezar a dar servicio a la población.

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