No cabe duda que Tulancingo es una ciudad sumamente rica en historias y leyendas, y una de ellas es "La mujer del balcón", una historia de amor al más puro estilo de Romeo y Julieta aunque claro, con su variante.
El nombre de la mujer del balcón era María de los Ángeles Desentis y Sotomayor, su tumba se encuentra en el panteón de San Miguel cerca de la de Luis Ponce, el hombre que no pudo vivir sin su madre y la de El Enamorado.
La pequeña tumba tiene la fecha del 23 de febrero de 1868 y tiene inscritos los nombres de otros parientes de la joven, además para el tiempo que tiene y pese a las inclemencias del tiempo, aún tiene muy buen estado pues todas las letras son visibles.
La historia de María de los Ángeles se desarrolla en el siglo XIX, en una bonita casa de la calle primera de Mayo pues su habitación tenía un balcón, que hasta la fecha sigue ahí pues la casa sigue en pie.
María estaba muy enamorada de un joven militar llamado José Guadalupe sin embargo, debido a su posición social y económica los padres de la bella joven no aceptaban la relación entre ambos por lo que comenzaron un noviazgo en secreto.
Era la nana de María quien ayudaba a los jóvenes enamorados pues "contrabandeaba" las cartas de amor de la pareja y actualmente, se dice que la familia de María de los Ángeles conserva las cartas.
La bella joven estaba esperanzada de que José mejorara su posición pues así sus padres no tendrían queja alguna de su matrimonio y consciente de esta situación, José aceptó trasladarse a la Ciudad de México pues su superior le ofrecía un rango mayor al que ocupaba.
Sin dudarlo aceptó irse, no sin antes comunicarle las buenas nuevas a su novia, por lo que le escribió un recado a María donde le pedía que esa misma noche, abriera el balcón de su cuarto para que él entrará pues era necesario que hablaran.
Ella, muy emocionada y nerviosa, esperó hasta medianoche despierta para poder ver a su amado José que ya la esperaba y trepó al balcón en cuanto ella lo abrió.
Una vez dentro, José le habló a María de su ascenso y ambos con mucha alegría comenzaron a planear su boda bajo la promesa de que él volvería por ella; antes de irse, José le dijo a María que cuando regresara por ella, le hablaría desde la calle y ella tendría que abrir el balcón, además le hizo jurar que lo esperaría a lo que María respondió que siempre lo iba a esperar.
Sin embargo, una vez en la Ciudad de México y frente a la línea de batalla, José Guadalupe fue herido en el pecho y perdió la vida.
Como su noviazgo era secreto, nadie le dio aviso a María de la tragedia por lo que ella, fiel a su amor y juramento, todas las noches esperaba al pie de su balcón el regreso de José.
Con el paso del tiempo y sin ninguna noticia, María de los Ángeles iba perdiendo los ánimos y comenzó a enfermar pues ya no comía ni dormía porque temía no escuchar cuando su amado la llamara.
Finalmente, la espera de un amor que jamás volvería le arrebató la vida a María de los Ángeles.
Años después de la muerte nació la leyenda de la mujer del balcón, en la que se dice que si un hombre se para debajo del balcón de María y susurra su nombre completo, el fantasma de la joven abrirá el balcón para recibir a su amado José Guadalupe.