La “lombricomposta” es un biofertilizante con alto contenido en nitrógeno, potasio, fósforo y magnesio, minerales y micronutrientes indispensables para cualquier cultivo, que más fácil absorben las plantas a diferencia de los fertilizantes sintéticos; su producción masiva contribuiría a recolectar la basura orgánica de las ciudades y significaría la reducción en el gasto y uso del 30 por ciento de abonos agroquímicos.
Así lo explicó el investigador hidalguense adscrito a la Universidad Autónoma de Chapingo, unidad Texcoco (Estado de México), Filogonio Jesús Hernández Guzmán, quien alentó a los jóvenes ambientalistas o emprendedores a constituir una empresa, el litro de ese producto sin bacterias simbióticas cuesta cinco pesos y alcanza los 50 con bacterias simbióticas y hongos.
El uso de la lombricomposta no es nuevo ni innovador, en el antiguo Egipto, hace aproximadamente tres mil 500 años, se descubrieron sus beneficios para degradar los residuos en moléculas disponibles para las plantas, comentó.
En Hidalgo no existen registros de cuántas hectáreas aprovechan ese humus y lo que representaría de ahorro al agricultor, precisó que “poca gente lo usa” y producirla no es complicado, ya que la lombriz de preferencia la “roja californiana” se reproduce rápidamente, si compra un kilo, aproximadamente mil pesos, al cabo de un mes tendrá 10 kilos.
El fertilizante es valorado por quienes tienen viveros e invernaderos, árboles frutales y cafetales, refirió.
Desde estiércol de aves, cerdo, ovino-caprino y ovino, citó son lo que se necesita, pero también sirve la basura orgánica de las casas y escuelas, los desperdicios de la Central de Abasto, que se colocan en una hilera de 35 a 40 metros de largo por 3.5 metros de ancho, y se deja entre 30 y 60 días para que se descomponga.
Pasado ese tiempo, se agregan las lombrices y se humedece poco, la base de ese sitio se sugiere sea de cemento con un hoyo para que fluyan los lixiviados que se colectan y es lo que se va usar como abono en vez de los fertilizantes agroquímicos, lo que le aportaría un valor agregado a lo que se coseche, destacó.
Se requiere cuando menos tener dos hileras porque las lombrices no dejan de reproducirse y consumir la materia prima, es importante un corral exclusivo para la lombricomposta que las proteja de las gallinas, ratas y musarañas.
Es un buen negocio, compagina con el medio ambiente y los campesinos ahorrarían en agroquímicos que no son nada baratos, y contribuiría a reciclar los residuos orgánicos.