En lo que va el año no hay reportes de robo de arte sacro en la entidad, señaló, Santiago Soto Urrutia, restaurador perito del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Hidalgo.
Para resguardo de este patrimonio se coordinan con los comités de las comunidades, en la que por fortuna, calificó, en más de cinco meses no hay robos.
Explicó que el sexenio pasado la coordinación de seguridad era con la Gendarmería, ahora están en la espera de la reorganización de la nueva fuerza de seguridad federal y continuar con el resguardo del arte sacro.
Soto Urrutia indicó que fue en el año de 1992 cuando se reportó el primer robo de la entidad, ocurrido en el municipio de San Salvador.
Mientras que el año más crítico de hurto fue en 2010 y, tocó nuevamente, en San Salvador, en la comunidad de San Miguel Acambay, se llevaron cuatro pinturas de caballete, los arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael; su Santo Patrono San Miguel, tenía incrustaciones de oro y planta, en cuerpo y espada.
A partir del primer robo y hasta 2018 se contabilizan 105 hurtos, de ellos son en 39 pinturas de caballete, 53 esculturas policromadas, dos documentos y 11 objetos sacros.
Los robos aumentaron en 1999 hasta 2014, destaca Mineral del Monte, con dos esculturas; Metepec, cuatro pinturas de caballete y dos esculturas; Alfajayucan, una escultura, Actopan, cuatro pinturas de caballete, Eloxochitlán, tres pinturas; Huichapan, dos pinturas de caballete, dos esculturas.
Mientras que en Acaxochitlán un documento, tres pinturas de caballete y dos esculturas policromadas.
Uno de los casos más especiales fue en 2008 con el robo de un crucifijo de más de cien años de antigüedad de la capilla El Sauz, una comunidad ubicada en El Cardonal, junto con el óleo El Llanto de la Virgen María del siglo XIX.
Fueron los propios habitantes quienes recuperaron el crucifijo, a falta de apoyo de las autoridades, adquiriéndola en una galería ubicada en Tlaquepaque, en Jalisco
Algunos de los años con más sustracciones fueron en 1998 en la comunidad de San Andrés, Epazoyucan, una pintura de caballete; 1999 en Tepezala, Huejutla con tres esculturas policromadas; en mismo año en la parroquia de la Concepción, Almoloya, una pintura de caballete.
En el 2000, San Agustín Metzquititlán, dos objetos; 2003, La Asunción, Apan, una pintura de caballete; 2004 San Agustín, Atotonilco el Grandes, 7 esculturas policromadas; 2005 Hutzila, en Tizayuca, un documento; 2006, San Agustín, Zapotlán, una pintura de caballete
Mismo año Tepeyahualco, Santiago Tulantepec, dos pinturas policromadas; 2007 Comodeje, Huichapan, tres esculturas policromadas; Pañe, Tecozautla, dos esculturas policromadas; en2008 Santa Mónica, Epazoyucan, una pintura de caballete y 3 esculturas policromadas.
En Santa Matilde, Pachuca, dos pintura de caballete; en San Bernardo, Zacualtipán, un objeto; 2009 con cinco robos en Zempoala, Ixmiquilpan, San Agustín Tlaxiaca, Tlanalapa, Mineral de la Reforma. En cifras, han sido alrededor de 16 municipios los que han padecido hurtos de este tipo.
El restaurador perito mencionó que hay dos clases de ladrones, los especializados que conocen del valor del arte sacro, quienes utilizan catálogos, prefiriendo aquellos de la época colonial y, segundo, los comunes, los que no saben su valor, robar por robar.
A más de 26 años, con la intervención de la autoridad solo se han recuperado dos obras, en los municipios de Zempoala y Zimapán y una por particulares, en El Cardonal.