Tulancingo es un municipio que ha sabido destacarse en diferentes rubros a nivel nacional e incluso internacional, prueba de ello es que ha sido cuna de diferentes luchadores como El Santo y Super Crazy.
Sin embargo, para llegar a esto el municipio vio a muchos luchadores levantarse y caer, también arenas de lucha ir y venir no obstante, el amor por este deporte prevaleció.
De acuerdo con Felipe Carillo, encargado de la Jefatura de Museos de Tulancingo, la primera función de luchas llegó a México el 21 de septiembre de 1933 gracias a Don Salvador Lutero González, hecho que cambió para siempre la cultura del país y el municipio pues un año después, un joven de 16 años llamado Rodolfo Guzmán Huerta convenció a sus hermanos de hacerse luchadores y llevar el deporte a Tulancingo.
Aproximadamente en 1938, Rodolfo Guzmán bajo su segundo nombre de luchador Rudy Guzmán y sus hermanos, Miguel “Black” Guzman y Javier “Jimmy” Guzmán comenzaron a promocionar la Arena Afición donde realizaban eventos de lucha libre.
En la época de los años 50´s, el hermano de El Santo, Black Guzmán abrió su propia arena de luchas que llevaba su nombre sin embargo, fue clausurada porque al ser el espacio muy pequeño hubo una riña entre un luchador y un aficionado, donde el luchador terminó en la cárcel.
No obstante, la arena más longeva y que más historias para contar tiene es la Arena Libertad, obra del pachuqueño Héctor “el güero” Vega edificada en 1959 en la esquina de Libertad con Juárez, y aunque ha tenido diferentes ubicaciones, desde 1970 sigue en pie en la calle primero de mayo.
Sin embargo, la grandeza de la lucha libre en el municipio y a nivel nacional comenzó a ir en declive a mediados de los años 90´s pues Felipe Carrillo explicó que la llegada del espectáculo americano afectó de sobremanera el deporte pues ahora la gente quería el espectáculo, no la técnica.
“Yo creo que ese fue el gran declive, que el público mexicano vio más atractiva la lucha de los gringos y dejaron de ir a la arena. Los luchadores modernos también tuvieron la culpa de ya no vender un espectáculo, de ya no demostrar esa agilidad, esa destreza, esa pasión”, dijo Carrillo.
De acuerdo con el encargado de la Jefatura de Museos, el primer gran campeón que dio Tulancingo fue Ciclón Veloz aunque la cuna pura sangre de luchadores no terminó ahí, pues le siguieron El Santo, Black Guzmán quien realizó su carrera a los Estados Unidos, Ignacio Gómez “El Nazi” que particpó en películas del Enmascarado de Plata, Águila Solitaria y de los talentos más recientes, Super Crazy quien ahora trabaja en Japón.
“La lucha libre mexicana se considera la mejor del mundo, en cuanto a lo espectacular, en cuanto a lo deportivo pues México es como la capital de la lucha libre y que bueno que Tulancingo pues también sea cuna de luchadores”, dijo Carrillo.
Para Felipe Carrillo, el significado más grande de la lucha libre y la razón por la que atrae a los extranjeros, es que para el pueblo mexicano no se trata de héroes de ficción sino de carne y hueso que están entre nosotros día con día.