Las mujeres madres del tianguis de los jueves en Tulancingo ya tienen sus planes para celebrar el 10 de mayo. Todas ellas comerciantes, cada una de las cuatro que entrevistamos para conocer cómo vivirán este día tan especial, ofrecieron diferentes aristas sobre lo que implica ejercer el arte de la maternidad cuando se vive de uno de los oficios más demandantes que hay.
La señora Juana, que lleva un año vendiendo en la plaza de los jueves, comentó que tiene tres hijos, un niño de 13 años y dos niñas, una de 11 y una de 9 años, respectivamente. Ella cuenta que acudirá al festival escolar de sus hijas, pues le toca descansar en esa fecha.
“Es convivir con mis niños. Claro que estoy orgullosa de ser mamá, los hijos nunca son un error. La pasaré únicamente con mis tres hijos”
Por otro lado, la señora Rita Ibarra, conocida por su amabilidad y además porque vende un exquisito mole que siempre invita a probar con una tostada, vivirá el 10 de mayo de una particular manera. Madre de dos hijos y originaria de la Ciudad de México, como siempre desde hace 50 años que vende mole y semillas, pasará la festividad en su puesto. Con particular emoción, reconoció que celebrar una fecha así es difícil en la vida de comerciante, porque no hay descanso.
“Aquí lo celebro en mi puesto. Me traen de comer, me traen hasta mariachis. A mí me aprecian mucho porque mi papá me enseñó a cuidar al cliente, entonces tengo bastantes amigas que me traen carpetas, bufandas, gorros, fruta, me regalan cosas, en verdad que lo agradezco. Yo también les doy regalo a las mamás, bolsitas de mandado, un detallito”, señala. Uno de sus hijos que desde siempre la acompaña al puesto, estará con ella ese día.
Josefina Calva Marin, quien viene de Tlaxpanaloya, localidad del municipio de Naupan en Puebla, tiene 36 años de edad. Fue madre desde los 18 y ahora guía y protege a cuatro hijos y hasta a una “nietita”. A ella le aguarda un festejo muy especial, porque en su pueblo hay tradición de celebrar en conjunto con todas las mamás de su comunidad.
“Allá en mi pueblo hacen comida, mole, ahora van a hacer carnitas para todo el pueblo, tres o cuatro puercos (...) además me toca hacer el convivio de la escuela, porque soy del comité. Tengo dos mujeres y dos hombres, también un nietito. También voy a ver a mi mamá allá en mi pueblo, nos juntamos todos”, señala.
Finalmente, originaria de Santa Ana Tzacuala, localidad de Acaxochitlán, doña Francisca menciona que aunque no tiene hijos porque es soltera, aún tiene “la bendición” de tener presente a su mamá de 84 años de edad. El próximo viernes no va a trabajar, para dedicarle todo el día a ella.
“Vamos a la misa y luego ya convivimos. Le doy gracias a Dios de que todavía tengo a mi mamá”
