La población magueyera que actualmente se produce en las grandes superficies de Hidalgo, es susceptible de enfermedades y plagas debido a que fueron reproducidos a partir de hijuelos y no de semillas.
Antonio Paredes Orta, ingeniero forestal, actualmente está por concluir la maestría de Tecnología Agrícola y Forestal Sustentable, habló sobre el tema al puntualizar que hay preocupación por autoridades estatales como asociaciones civiles en revertir tal panorama.
Los magueyes tienen dos maneras de reproducirte, a través de los hijuelos (asexual) que son copias exactas de la planta y que nacen cerca de ella. La segunda forma es mediante la semilla (sexual).
Esta última se obtiene una vez que llega al punto de madurez, hasta entonces nace el quiote y florece.
Esas flores son los gualumbos, utilizados en la gastronomía hidalguense, y de ellas surgen las semillas de maguey que permiten la reproducción natural de esta planta, informó Antonio Paredes.
Consideró que se debe modificar la reproducción de los magueyes, “una situación importante para mejorar su población es hacerlo vía sexual, porque la planta puede tener una plaga o una enfermedad de la que es susceptible, entonces si la reproducimos por hijuelos, van a continuar con la misma debilidad, es decir, seguirán susceptibles a las mismas plagas”.
En cambio, la reproducción por semilla, las plantas van mejorando sus características genéticas”.
El entrevistado reconoció que en esta parte del territorio “en cierta forma ha disminuido esa calidad genética por la manera en que lo aprovechamos, debido a que las grandes superficies de maguey, la mayoría utiliza el método de reproducción asexual porque es abundante”.
Otro punto negativo observado en los hijuelos es que, al paso del tiempo, la planta pierde altura, merma la cantidad de aguamiel, aunado al cambio climático que genera variaciones de clima y con ello se estresa que tiene condiciones para contraer enfermedades.
También te puede interesar: Aguamieleros en crisis por reducción de producción
Hoy en día, aseguró, esta problemática es conocida en las zonas pulqueras más grandes de la entidad hidalguense, así que asociaciones civiles dieron impulso a las autoridades estatales para generar viveros con magueyes nacientes a partir de la semilla.
Anticipó que “dejar que esto avance, vamos a tener plantas de mala calidad y por ende, todos los productos derivados del maguey van desapareciendo sumado al consumo en la sociedad”.