Las calles de Acaxochitlán se convirtieron en el escenario que puso en evidencia el espíritu comunitario en tal municipio, pues cientos de habitantes de la cabecera y barrios aledaños hicieron suyas las vialidades para construir casi 40 alfombras monumentales. Todas ellas con distintos diseños, colores y hasta materiales, pues hubo de aserrín, pétalos de flores o semillas.
Las diligencias comenzaron aproximadamente al mediodía, pero crecieron al término de la misa solemne que se celebró en la Iglesia de la Asunción, a la una de la tarde. Con respaldo de elementos de Seguridad Pública, acaxochitecos llegaban con costales y latas de pintura, así como otros materiales para decorar. Gente de todas las edades (niños que apenas se sostenían de pie y hasta personas de la tercera edad) participaron activamente en la tradición.
Según comentaron en la visita guiada por todos los barrios a la cual El Sol de Tulancingo tuvo acceso exclusivo previo a la procesión general, esta costumbre va más allá del arte que imprimen en los tapetes: es el momento del año en que los vecinos de cada calle o colonia se miran, se encuentran, conviven, comparten alimentos y cooperan con trabajo para imprimir su toque en la alfombra que más tarde fue intermediaria entre los pies y el suelo de los religiosos.
"Es un proceso largo, los vecinos debemos de ponernos de acuerdo en qué diseño va a ser, cuánto vamos a poner, qué colores, juntar el aserrín, y después ya el mero día desde temprano montar la alfombra", contó el señor Castelán. Aunque la tradición implica que deben ser los mismos vecinos quienes construyan el tapete, en muchos sitios ya recurren a la contratación de empresas ajenas, las cuales les cobran aproximadamente 200 o 300 pesos el metro cuadrado y si es en el atrio del templo, alcanza los 30 mil pesos.
Hablando del atrio, desde muy temprano comenzó la instalación de los clásicos castillos pirotécnicos, además de que durante todo el día hubo distintas bandas de viento entonando melodías en honor al Señor del Colateral e incluso algunos éxitos regionales. En un ambiente festivo innegable, parecía que las labores campesinas se detuvieron por este día, fecha en que personas provenientes de todas las localidades se dieron cita para llevar flores a la Iglesia; muchos de ellos hasta llevaron mariachi para dar serenata al patrono.