Cada año, en las comunidades del Valle del Mezquital se conmemora el Día de la Candelaria, donde los mayordomos son los encargados de organizar la fiesta para el deleite de toda la comunidad.
Para esta conmemoración, los mayordomos se preparan con anterioridad con la crianza de animales que sacrifican la víspera del 2 de febrero, como borregos, toros, pollos o chivos.
Estos animales se cocinan a pie de horno tapados con pencas y con el fuego de piedras chinas al rojo vivo, que se preparan previamente con leña de mezquite lo que le da a este platillo del Valle del Mezquital un sabor único.
Los animales son alimentados en pastoreo en los cerros de los ejidos y comunales, así como en corrales donde se les ofrece forrajes como alfalfa, avena o zacate.
Los encargados cumplen con la promesa de ser quienes reciben la bendición de alimentar al padrino del Niñito Dios, a toda la comunidad e invitados que se acercan para recibir la buena nueva.
Esta conmemoración comienza desde el primero de febrero, cuando inicia la preparación de los hornos, donde los mayordomos sacrifican y ofrendan los corderos para la convivencia entre los pobladores.
Según la tradición católica se celebra la purificación de la Virgen, se viste al niño Dios y se lleva a la iglesia para ser bendecido. Esta liturgia se realiza en lengua materna, el Hñahñu.
Los intendentes ofrecen en la misa o eucaristía, ser padrinos por cuatro años, donde con fe religiosa se encomiendan a la divinidad para tener solvencia y brindar alimento al padrino e invitados.