Desde el mes de junio el migrante Edwin Jair Domínguez, originario de la comunidad de El Mothé, San Salvador, falleció en Las Vegas, Nevada, después de cuatro meses pudo llegar a su última morada.
Con una caravana fue escoltado por la carretera federal México – Laredo por sus conocidos hasta la iglesia de la comunidad donde el día domingo, se oficializó una misa póstuma en su memoria.
El fallecimiento de Edwin Jair, a causa de un accidente, conmocionó a sus amigos y familia, debido a que fue un joven que aportó a su comunidad desde sus alcances, a su llegada el día domingo, sus amigos del equipo de futbol no jugaron la liga regional de balompié, pues se organizaron para recibirlo con honores.
El cortejo fúnebre fue recibido en su hogar, para después partir con música de banda hacia su última morada en el panteón de la comunidad de Xuchitlán, donde su cuerpo descansará.
Desde el mes de junio los amigos de Edwin Jair, que radican en los Estados Unidos, comenzaron a realizar kermes y convivios para recolectar recursos y poder repatriar su cuerpo a su pueblo natal.
Es una costumbre en el Valle del Mezquital, se han acostumbrado a que si tiene el infortunio de morir fuera de su pueblo natal, sean repatriados en cuerpo, a sus comunidades para ser sepultados.
Los gastos la mayoría de las veces son cubiertos por sus familiares y amigos, quienes realizan colectas para poder sufragar los costos que ascienden a miles de dólares por el servicio funerario.
El viaje del cuerpo comienza en los Estados Unidos, después llega a la Ciudad de México y después parte para sus lugares de origen, donde tienen el derecho a un espacio en el panteón de sus comunidades.