Migrantes que radican en los Estados Unidos comienzan a llegar a sus lugares de origen con el propósito de pasar las fiestas decembrinas como preposadas, posadas, la Nochebuena y el año nuevo.
Hilario Martín, es un migrante originario del Valle del Mezquital, y viajó desde Chicago, Illinois, por vía terrestre, para volver a encontrarse con su hijo y nietos que viven en esta región.
Su viaje, contó a esta redacción, fue de más de tres días, de los cuales un día y medio lo empleó para atravesar Estados Unidos desde el norte hasta el sur, y al llegar a la frontera con México se detuvo para descansar del viaje y recuperar sus energías.
Al otro día al comenzar la mañana se acercó a las autoridades estadounidenses y mexicanas para declarar lo que trajo para sus familiares: “Tuve la fortuna de que encontré otros dos migrantes que volvían también con sus familias, uno de Zimapán y otro del estado de Guerrero”, mencionó.
“Me propusieron que hiciéramos caravana para circular por territorio mexicano por las vías federales y estatales, y me pareció buena idea, pero en el trayecto hubo varios retenes, no sé si eran de policías, porque en algunas ocasiones tenían pasamontañas”, dijo.
Además explicó: “En cada parada nos pedían dinero, 10 o 15 dólares, pero en otros retenes nos pedían hasta 100 dólares para que no nos bajaran todas nuestras pertenencias”.
“Cuando nos pedían más de cien dólares, es mejor darlo a que nos bajen todas las cosas porque no es mucho ese dinero, pero piensan que se gana fácil, y la verdad no, es mucho el trabajo que hacemos para poder sobrevivir”, expresó.
Finalmente lamentó: “En la actualidad el dólar se cotiza en 16 pesos, ya no vale mucho nuestro trabajo, incluso he pensado en quedarme en trabajar en México, porque en Estados Unidos, ya hay muchos migrantes y eso puede abaratar nuestro trabajo”.