Mirador El Vigilante: qué significan las dos caras

Además de la leyenda, recordarás toda tu vida este majestuoso espectáculo de la naturaleza

Claudia Martínez

  · viernes 24 de marzo de 2023

El bien y el mal en una sola piedra. / Foto: Raúl Cruz

El municipio de Zimapán es un Pueblo Mágico de Hidalgo de la Sierra Gorda que se ubica a dos horas y media de Pachuca, en donde puedes encontrar diversos atractivos turísticos, además de historia minera, se localiza al poniente del estado de Hidalgo.

Ahí puedes ver desde la presa hidroeléctrica de Zimapán, el embalse de agua más grande del centro del país, hasta impresionantes paisajes naturales que hacen de este lugar un espacio para visitar todo el día.

En la localidad El Llano Segundo se encuentra un espectacular monolito que tiene aproximadamente 15 metros de altura, cuya característica es que se puede observar un rostro gigante, se trata del Mirador El Vigilante.

De acuerdo con los visitantes y leyendas, representa el bien y el mal, el día y la noche en un solo espacio.

Ubicado en las orillas de la hidroeléctrica a sólo 30 minutos de la cabecera municipal, rodeado de cajetes prehispánicos y paisajes increíbles del cañón El Infiernillo, podrás ver este enorme monumento de piedra que cambia el paisaje según se mire.

Quienes acudan al Mirador El Vigilante, tendrán una vista impresionante, no sólo de la presa de Zimapán, sino de las montañas que se encuentran alrededor.

Los guías explican que este monolito tiene forma de rostro humano, de un lado se aprecia una cara serena y de otro alguien haciendo gestos de maldad.

Quienes realizan recorrido en lancha pueden apreciar ambos lados del rostro y dicen que cuando cruzas frente a este incríble monolito, debes pedir un dese para alejar las malas vibras.

Este rostro se encuentra en el Centro Ecoturístico El Vigilante en donde también puedes apreciar pinturas rupestres.

Y ya que hablamos de la presa Zimapán, cabe señalar que su nombre oficial es Central Hidroeléctrica "Ing. Fernando Hiriart Balderrama" y se ubica en la frontera política de los estados de Hidalgo y Querétaro, la cual antecede a uno de los cañones más caprichosos de nuestra orografía: El Infiernillo, que cuenta con impresionantes paredes rocosas que alcanzan una altura de más de 400 metros, según el portal web de este municipio.

"A partir de 1990 este cañón ha ido doblegándose ante la tenacidad del hombre para albergar uno de los proyectos más importantes y audaces del país, el proyecto hidroeléctrico Zimapán", explica la página oficial.

Esta obra "contempló la construcción de la cortina más alta en su tipo en la República Mexicana, enclavada en las rocosas paredes del cañón" con la cortina peña del águila, el cañón del epazote y el cañón de las brujas, con túneles de 1,200, 650 y 120 metros respectivamente.