Con una historia que se remonta a hace 30 años, la familia Guzmán, originarios de Tulancingo, se dedican a trabajar con piel de animales elaborando distintas artesanías. Desde hace siete años aproximadamente, optaron por comerciar con moda elaborada en este material: sombreros, chalecos, chamarras, bolsos, entre muchos otros.
Según comenta Michell Vera Guzmán, su padre el señor Miguel inició comprando pieles de borrego a productores ovinos de la región. Esta materia prima la llevaba a tenerías en León, Guanajuato, donde se acostumbra a darles manufactura para así convertirlas en prendas e incluso calzado. Sin embargo, fue en estos viajes que se dio cuenta del potencial que tenía dicho material y comenzó a aprender los procesos necesarios para comercializar en Tulancingo.
"El proceso inicia desde el cuidado de las pieles de borregos tanto de lana como pelibuey cuando están frescas o recién quitadas del animal, se deben de salar para que se mantengan en buen estado. Luego sigue el proceso de curtido, que consta de varios pasos: químicos y maquinaria, para lograr obtener el estado deseado de la piel.", después de esto, la piel se debe lubricar, suavizar y pintar, precisó la experta.
"De ahí sigue la selección de las pieles que cumplen con las características para poder elaborar productos de calidad.", abundó. Una vez que se hizo la selección, se cortan las piezas de piel que los conforman para así poder unir el forro, la piel y los herrajes que correspondan, para dar el acabado solicitado por el cliente.
Evidentemente, la pandemia provocó bajas ventas para sus productos, por lo que fue imperativo el cierre del establecimiento donde se exhibían permanentemente. Desde ese entonces, se enfocan en la elaboración de prendas bajo pedido y también en participar durante las ferias locales y en las textiles que se presentan en la región. Además, acuden ocasionalmente a Veracruz, Puebla y a León.
Finalmente, Michell contó que las piezas son diseñadas por un modelista, para que luego de los procesos arriba mencionados tarde casi un mes en estar lista una prenda. Ya terminado, puede tener un tiempo útil de vida de tres a cinco años dependiendo el cuidado de la misma, aunque después puede restaurarse o incluso hacerle modificaciones menores para que se perpetúe por más tiempo.