Un aproximado del 30 por ciento de la producción de jitomate que emana de Acaxochitlán es desarrollado por mujeres campesinas, declaró el presidente municipal de la demarcación, Erik Carbajal. Dentro de este rubro, precisó que son mujeres las que trabajan la tierra al ser dueñas de invernaderos y además distribuyen el producto.
“Las mujeres juegan un papel importantísimo. Hoy en día, la mayor parte de producción viene de las mujeres, porque muchos de los varones se encuentran en Estados Unidos”, ante ello, mencionó que contrario a lo que pudiera pensarse, el escenario del machismo en Acaxochitlán se ha ido erradicando en los últimos ocho años, toda vez que incluso hay presencia femenina en la administración municipal como titulares de dirección, regidoras, delegadas, comisariadas ejidales, entre otros.
“Eso ayudó mucho a cambiar esa ideología machista, entonces hoy vamos caminando a la par de las mujeres. No atrás, no adelante, a la par”, acotó. En este sentido, dijo que durante las asambleas de productores, “las mujeres tienen voz y voto” al considerar su participación como fundamental y con un peso equitativo en la toma de decisiones. Y es que pese al rezago y abandono de este sector, el edil precisó que la estrategia de “cortar intermediarios” al momento de brindar apoyos económicos a campesinos ha dado resultados:
“El campo está rezagado, en el abandono. La gran mayoría de campesinos de aquí son productores de jitomate en invernaderos pero es una cuestión de inversión en la que colaboramos con la Secretaría de Desarrollo Agropecuario. La producción municipal es importante, pero se vio afectada por el costo-beneficio”, señaló al explicar que actualmente a los trabajadores del campo les resulta más caro producir porque los precios de venta no cubren el costo de inversión y labor.
Asimismo, dijo que aunque la reactivación del campo se interrumpió por la pandemia, “hemos logrado apoyos directos a productores” como el que dispersó la administración hace unos días en beneficio de trabajadores del aguacate, otro de los frutos que se extraen de tierras acaxochitecas. “Creamos un vivero municipal donde estamos produciendo plantas maderables o frutales que se ofrecen a un costo de recuperación mínimo, uno o dos pesos. Hay que ir defendiendo al productor, cuidar que la Federación regule el tema de los acaparadores o de los precios, por ejemplo”.