Nena es una linda perrita de aproximadamente dos años de edad, juguetona, tierna y muy trabajadora, pues se suma a los trabajos de rascar la tierra con sus dos patitas delanteras, sin embargo, su historia no siempre fue feliz.
En el panteón San Miguel, de Tulancingo, vive Nena quien llegó hace casi un año y medio cuando su amo falleció y fue enterrado en el camposanto.
Ella, muy fiel a su amo, lo siguió hasta donde fue su última morada y nunca más se apartó de su lado, siendo ahora el panteón de San Miguel su nuevo hogar.
En su momento también vivió “el Negro” en el panteón, otro can que al igual que Nena, siguió a su amo hasta su sepulcro, sin embargo, él fue adoptado por el entonces director del cementerio.
Al principio, Nena era muy renuente y no se acercaba a los trabajadores del panteón e incluso se asustaba con su presencia, pero el tiempo cambió la situación; poco a poco comenzó a acercarse a ellos hasta que se ganaron su confianza y hoy son quienes la cuidan y alimentan.
"Cuando llegó estaba bien flaquita, bien flaquita, y ya la adoptamos (...) Se quería dejar morir pero no la dejamos, estaba bien flaca, ya no comía nada", comentaron trabajadores del panteón.
Nena es una perrita muy querida por sus ahora dueños, pues tiene su propio espacio donde duerme al final de cada jornada, además que los trabajadores refieren que cuando hacen sus trabajos de rascar la tierra, ella muy contenta comienza también a colaborar.
Debido a su edad, sus cuidadores consideran esterilizarla pronto pues es importante para su salud aunque es visible que la perrita se encuentra en buen estado pues siempre mueve la colita, tiene buen peso e incluso da la patita para saludar.
Bajo este tenor del amor a los animales, los trabajadores del panteón desmintieron las acusaciones que se hicieron en su contra en su momento donde se decía que maltrataba al Negro.