Nevadas en Tulancingo: ¿Cuántas veces ha ocurrido este fenómeno?

Al menos ocho son las nevadas de las que se tiene registro que hayan ocurrido en el Valle de Tulancingo y en el municipio vecino de Acaxochitlán, las últimas en la primera década de los 2000

Octavio Jaimes / El Sol de Tulancingo 

  · lunes 2 de diciembre de 2024

Testigos refieren que en la década de los 70 fueron frecuentes las nevadas en Tulancingo. | Cortesía Norberto Becerra Maldonado, Bonfilio Vélez, David Negrete, Celso Ortíz y Arturo Castelán Zacatenco

Desde mediados del siglo XIX y hasta mediados de la década de los 2000, el Valle de Tulancingo fue motivo en al menos ocho ocasiones de coloridas notas periodísticas y de múltiples postales y fotografías de ciudadanos que, maravillados por lo irreverente del momento, tuvieron a bien inmortalizar una serie de sucesos que podrían catalogarse como históricos dada su poca repetición: nevadas que cayeron sobre municipios de la región.

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Al tratarse de una zona geográfica de clima templado, las condiciones óptimas para favorecer las nevadas no siempre se generan, ya que para ello, se requieren temperaturas iguales o menores a los cero grados centígrados; además, factores de humedad que vayan de la mano con el frío. De acuerdo con el INEGI, el Valle de Tulancingo presenta una temperatura promedio anual de 15 °C.

Sin embargo, la excepción a la regla se hizo presente (según los registros en imagen que se lograron identificar) en 1940, hace 84 años. Fue un 14 de marzo de 1940, casi en plena primavera, que Tulancingo amaneció cubierto entre copos blancos, lo que le dotó a la “Sultana del Valle” (mote que le puso el ilustre Luis Ponce a nuestra ciudad) de un “paisaje sublime”. Así lo describió el escritor Roberto Ocádiz en su obra “Tulancingo y sus alrededores”, texto en el que cuenta cómo era la ciudad y otros territorios aledaños en distintas épocas.

“El paisaje fue sublime y sin igual, todas las cumbres y cañadas cubiertas de nieve como un girón de los Alpes suizos, pero con una gran diferencia, porque en los Ermitaños, de la superficie nevada se destacaban las figuras rocosas que nos recordaron en parte a los tiempos antediluvianos”, narra con estilo literario en su crónica.

Fue tanta la nieve de aquel año que incluso se formaron algunas figuras de animales, como el de un dromedario echado con su joroba de 20 metros; una cabeza de perro de cinco metros que emergía de la superficie nevada; así como “la visión dantesca de una fantástica cara de diablo, de siete metros, con sus rasgos angulosos de color renegrido y cubierta en parte en copos de nieve”, apunta Ocádiz.

Si bien el recuento histórico a través de imágenes no es muy extenso y no ofrece con precisión los datos específicos sobre todas las nevadas, hay testimonios que pueden leerse en el archivo público digital Tulancingo a Través del Tiempo. En este acervo, construido virtualmente por colecciones privadas y testimonios de tulancinguenses de todas las edades, habitantes de esta ciudad señalan que el final de la década de los 60, así como en gran parte de la década de los 70, se presentaron varios de estos fenómenos.

Una nevada cayó el 19 de febrero de 1967, de la cual se cuenta con una peculiar fotografía compartida por David Negrete. En ella se aprecia el Jardín La Floresta así como uno de sus kioscos, cubiertos por una gruesa capa blanca mientras personas envueltas en abrigos aprecian el paisaje.

Hubo nieve también en 1971, en 1976 y en 1978, de esta última, que se presentó el 17 de marzo, testigos refieren que duró varios días y que provocó anegamientos a la altura de la localidad singuiluquense de Matías Rodríguez. Este meteoro causó daños en las láminas que recubrían en aquel entonces las gradas del Estadio Primero de Mayo.

En 1978, dicha nevada tocó también el municipio vecino de Cuautepec de Hinojosa: unas fotografías de Norberto Becerra Maldonado dan cuenta de cómo los caminos que conectan a Tulancingo con la mencionada demarcación fueron tapizados, así como los prados en los que algunos vecinos aprovecharon para jugar y construir muñecos de nieve.

De esta década también se conoce una fotografía que muestra uno de los camiones de la ruta Tulancingo-Santiago circulando por la calle de Fernando Soto, justo frente a la Catedral Metropolitana de este municipio, sobre unos pisos cubiertos con nieve y en pleno ambiente invernal.

En 2003 es cuando se cuenta con el siguiente registro. Era un 27 de enero cuando la ciudad amanecía con la noticia de una ligera nevada que se vio en mayor parte sobre los cerros de Huapalcalco y Napateco, así como en las áreas limítrofes de Santiago Tulantepec, en la localidad de Los Romeros, muy cerca de la Estación Terrena.

La última nevada en la región ocurrió el 02 de enero de 2008 en Acaxochitlán, municipio de la Sierra Otomí-Tepehua. Este fenómeno se prolongó por dos días y cubrió caminos, terrenos de siembra y edificios de un atípico color blanco, postales que se aprecian en una serie de fotografías tomadas por Arturo Castelán Zacatenco, cronista vitalicio de dicho Pueblo Mágico. En ellas se aprecia cómo lucieron cubiertos con nieve el reloj de la plaza principal, la parroquia de la Asunción de María, así como los típicos tejados rojizos de las calles aledañas a la presidencia municipal.