En Hidalgo existen alrededor de 300 aparatos volcánicos, muchos de los cuales, históricamente han sido derrumbados o erosionados por la extracción de diversos materiales que van desde pomex hasta canteras y otros materiales generalmente usados para la construcción.
¿Dónde hay volcanes en Hidalgo?
La mayoría de estas estructuras geológicas superficiales originadas por la emisión de material ígneo se encuentran en las sierras conformadas por Pachuca y Real del Monte, Tulancingo-Acatlán, Zacualtipán-Tlanchinol-Huautla, así como Huichapan y Tecozautla.
Sin embargo, es en la región de Tulancingo, que se encuentra una de las mayores concentraciones de estas estructuras como la Caldera de Tulancingo, relacionada con cerros como El Yolo y Napateco, domos volcánicos de aproximadamente 2 millones de años, y otra elevación natural denominada Minillas ubicada muy cerca de Tecocomulco.
En Santiago Tulantepec se encuentra el Cerro de La Paila que cuenta con cinco cráteres: La Paila, Paila Seca, Paila del Agua, San Ignacio y Coatzetzengo.
La zona del Altiplano es otra de las áreas con mayor número de estructuras volcánicas como el Xihuingo en Tepeapulco y el cerro de Santa Ana, un volcán inactivo de aproximadamente 3 millones de años; sin embargo, otros municipios como Almoloya cuentan con volcanes apagados como El Tezoyo, El Coliuca y Coatlaco.
Hidalgo, un resumen de la geografía mexicana
Kinardo Flores Castro, doctor en Ciencias Geológicas por la Facultad de Ingeniería de la Universidad Autónoma de Chihuahua y por la Universidad de Barcelona, es desde hace 30 años docente e investigador del área académica de Ciencias de la Tierra y Materiales del Instituto de Ciencias Básicas e Ingeniería (ICBI), de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH), aseveró que Hidalgo, en sus cambios bruscos de altitud presenta en municipios como Huejutla: 172 metros sobre el nivel del mar y en el otro extremo en poblaciones como Real del Monte y Singuilucan 2 mil 679.
Detalló que un sesenta por ciento de estos aparatos volcánicos son de tipo andesítico-basáltico, un treinta por ciento de basaltos y un quince de félsico-ácido un magma que presenta un alto contenido en sílice.
Asimismo, destacó que el territorio hidalguense podría considerarse como un resumen de la geografía mexicana a la que solo le hacen falta las nieves eternas y el acceso al mar, pues al encontrarse en la parte central del país se conjugan los tres climas dominantes de México; “la Sierra Madre Oriental le añade una topografía accidentada por lo que 10 mil metros cuadrados de los 20 mil 813 que componen al estado, están integrados por aparatos volcánicos”.
Por último, refirió que, su geografía tiene características volcánicas, en su mayoría de la edad terciaría, la era cenozoica, aunque también del último periodo de esta división que empezó hace 2,59 millones de años y comprende hasta nuestros días.