La región árida que cubre a los municipios de Huasca, Acatlán y Atotonilco el Grande se beneficiará de un nuevo pozo de agua cuya operación comenzará en el 2024, así lo señaló el alcalde de Huasca, Francisco Mayoral Flores, quien precisó que el proyecto fue enviado a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y ya solo queda esperar a que lo aprueben.
Esta zona, colindante también con Huayacocotla, en Veracruz, es una región donde ningún municipio cuenta con sistema de agua potable, de ahí la urgencia para que se apruebe toda vez que hasta el momento, el vital líquido se obtiene a través de un sistema conocido como “agua rodada” proveniente de unos manantiales de Aguablanca, otra demarcación vecina.
“El recurso ya es un compromiso con los tres municipios, solo falta la concesión que es un trámite que ya iniciamos a través de la Conagua y esperamos que lo validen en unos meses”, acotó el edil. Además, mencionó que este permiso puede tomar hasta seis meses; sin embargo, la administración de Huasca ya realizó los estudios necesarios así como la disposición del predio, un terreno ubicado en la localidad de Magueyes Verdes de este municipio.
Aquí, las localidades que recibirán el suministro cuando se complete la obra, son las de Xuchil, Piedra del Agua y Magueyes Verdes; en Acatlán, son La Luz, La Palma y Buena Vista; mientras que de Atotonilco será La Palma y Santa Cruz, para así sumar nueve comunidades que obtendrán beneficio del pozo a construirse, lo cual se traduce en 500 familias que ya solicitaron la obra y del cual se asentó registro en las actas que se enviaron a Conagua.
“Hasta ahorita son 500 familias que están solicitando el servicio, se van a sumar más en la medida de que avance el proyecto pero son un número suficiente para justificar el recurso que vamos a invertir los tres municipios”, mencionó Mayoral. Cabe mencionar que aunque en algún momento se creyó que este pozo serviría para tierras de riego, el presidente municipal apuntó que por el momento la Conagua solo asigna concesiones de uso doméstico pues considerando la aridez de la región, “sería imposible tener para uso agrícola”.
Es así que por ahora queda esperar a que el organismo de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) avale la concesión, para que antes de que cierre el 2023 se haga la perforación y se instale el equipamiento. Para 2024 se destinarían recursos para las líneas de conversión y tanques de llenado, equipo que se definirá en el futuro pues va acorde con la cantidad de agua y profundidad del yacimiento. Por tal motivo, será hasta el próximo año cuando se defina la inversión total del proyecto cuando se completen los estudios y pruebas necesarias. Sin embargo, en las primeras etapas entre perforación, equipamiento, tanques de llenado y líneas de conducción se destinará un total de 12 millones de pesos.