Aunque Rodolfo Guzmán Huerta, mejor conocido como El Santo, luchó profesionalmente sin máscara desde los 16 años de edad, fue un 26 de julio de 1942 cuando se mostró al mundo con la tapa plateada, en una lucha campal en la antigua Arena México, donde la afición conoció al “Enmascarado de Plata”.
“El inicio de mi carrera, pues como de cualquier carrera, de un torero, de cualquier deportista fue muy duro; salía mucho a provincia pero en ese tiempo no había buenos caminos, habían malas carreteras”, manifestó el Santo en una de tantas entrevistas que dio durante su carrera.
“Así fui haciendo experiencia y nace en 1942 El Santo, quien viene a luchar, el señor Salvador Lutteroth de participar en la Arena México, me ponen en una batalla campal porque no tenían aún seguridad en mí; entonces, la armé en grande”, narró en su momento Guzmán Huerta.
En aquella declaración también manifestó que le llamó la atención el nombre de El Santo, porque en aquella época luchaba como rudo, él quería pertenecer al bando rudo. “Era un contraste que iba muy bien para mi atuendo y mi nombre”.
“Al leer muchas leyendas e historietas, me cautivó un personaje, el Hombre de la Máscara de Hierro, y me quedé pensando en ponerme el Hombre de la Máscara de Plata”.
El Santo fue llamado por don Jesús Lomelí para luchar en la Arena México, sin embargo, su condición fue luchar con máscara, a lo cual el promotor accedió, y fue así que el mundo conoció a “El Santo”.
Un año después El Santo cambió al bando técnico, al notar que contaba con mucha afición de niños.