El pan de muerto, que ya comenzó a fabricarse en las panaderías tradicionales, subirá de precio este año debido al encarecimiento de las materias primas empleadas para su producción, señaló en entrevista, Omar Santiago Mayor, empresario del sector.
De acuerdo con el propietario del establecimiento denominado “La Panadería” una pieza de este tradicional bocadillo costará entre 8 y 10 pesos, sobre todo en la temporada fuerte, es decir, durante los días de celebración de los fieles difuntos. El alza, dijo, es de dos pesos con respecto al año pasado.
Santiago Mayor precisó que aunque se abasteció de harina suficiente para terminar el año, existen otros insumos que no pueden almacenarse por como es el caso de la manteca, aceite y chocolate, las cuales se han encarecido hasta 10 por ciento en el último trimestre.
Aunado a ello, dijo, aún con la política de control de precios máximos instrumentada por la Comisión Reguladora de Energía (CRE), el costo del gas LP se ha elevado cada semana y actualmente se vende prácticamente al mismo precio de antes.
No obstante, aclaró, los panes que se fabrican en las panaderías tradicionales están mucho más baratos con respecto a los que se comercializan en las de cadena o en tiendas de autoservicio. En este contexto, llamó a la población a consumir en el comercio tradicional.
“Se trata de que conservemos las tradiciones y apoyemos a la panadería local, pues ello favorece la generación de empleos, tan solo nosotros vamos a generar de 5 a 6 empleos más por temporada”, indicó.
Desde el primero de octubre y hasta los primeros días de noviembre, comentó, las panaderías tendrán a la venta este pan que se coloca en los altares para homenajear a los que ya se han ido, pero también para disfrutar en casa, acompañado con una buena taza de café.
En el Valle del Mezquital, en donde tiene su negocio, se prepara el pan de muerto con esencia de guayaba y naranja, esencia de azahar y chocolate. En la región, el pan de cruz y bola es para los fallecidos adultos, mientras que las rosas o angelitos son para los niños y las patas de mula para los abuelitos.