Club nocturno, night club, burlesca, fraternidad, taberna y rincón de las caricias son algunos de los nombres con los que se suele hacer referencia a los cabarets. Actualmente, en Tulancingo, solo operandos, los cuales, se encuentran situados a orilla de la carretera federal México- Tuxpan, en la bajada de San José, mejor conocida, como la “bajada de la muerte”.
En la misma bajada, pocos metros después del Hospital General de Tulancingo, se encuentran cuatro más, estos pertenecientes al municipio de Santiago Tulantepec.
Para que estos cabarets funcionen de manera reglamentaria y cumplan con los requisitos, es indispensable que las damas y en algunos casos caballeros, cuenten con una cartilla de salud que registra de sus chequeos semanales en cuanto a salud sexual.
Jazzmin N, mujer dedicada a la vida galante, narró para este medio la verdad sobre lo que es trabajar en un cabaret.
Externó que, pese a que es complicado cumplir las medias sanitas en estos giros, es necesario que usen el cubrebocas, se respete la sana distancia y se consuma alcohol solamente por copeo.
Agregó que la mayoría de las chicas que trabajan en estos establecimientos, provienen de lugares ajenos al estado, y descartó que existan trata de blancas en el municipio.
Jazz, como le gusta ser llamada, mencionó que pese a ser un trabajo mal visto por la sociedad, gracias a este, puede mantener a su mamá enferma de cáncer y estar al pendiente de ella.
Mencionó que, pese a ser un trabajo “bendecido económicamente”, el riesgo que este conlleva es demasiado. “Siempre le comparto mi ubicación a mi manita, nunca sé si voy a regresar”, aseguró con la cabeza agachada
También te puede interesar: Generarán más de 8 mil empleos en nueva plaza
Contó como es que en este giro, ha conocido a mujeres que como ella, entraron al mundo nocturno, por extrema necesidad, pero en el camino, han aprendido a perderle el asco. “Nos hacemos adictas al dinero, en el mejor de los casos, muchas se nos han perdido en las drogas”, mencionó.
Expuso cómo la pandemia afectó severamente a sus bolsillos, y han sentido las bajas entradas de dinero.