En vísperas del Día de Muertos las calles de Ixmiquilpan se visten de colores para conmemorar esta festividad que comprende los días finales del mes de octubre e inicios del mes de noviembre.
En estas fechas se tiene la creencia de que los fieles difuntos regresan a sus hogares donde sus familiares les han preparado una verbena popular con los platillos que más disfrutaron en vida.
La conmemoración del Día de los Muertos en las comunidades indígenas mexicanas, que se celebra el primer y segundo día de onceavo mes, entró el 07 de noviembre de 2003, a formar parte de la lista del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura), que quiere así que sus actores tengan clara conciencia de su valor y prevalencia.
Según los trabajadores del ayuntamiento en el jardín municipal del centro de esta ciudad, donde se ubica la original Diana Cazadora, se colocaron más de mil doscientas macetas de flor de cempaxúchitl, que han formado una alfombra color amarillo sobre las jardineras.
Fueron más de tres mil metros de papel picado que se colocaron de manera uniforme cada diez o veinte centímetros, por más de un kilómetro sobre la calle principal Felipe Ángeles de Ixmiquilpan.
El papel picado es una artesanía que se vendía en las llamadas tiendas de raya ubicadas dentro de las haciendas durante el periodo del Porfiriato. No obstante, fue en el municipio de San Salvador Huixcolotla, en Puebla, donde los artesanos se dedicaban a utilizarlo para hacer figuras, las cuales se fueron perfeccionando con el tiempo hasta como las conocemos hoy en día.
En la actualidad esta artesanía se vende en las papelerías o el mercado municipal donde se puede adquirir para adornar los altares de los hogares, mientras que las flores de cempasúchil se pueden comprar en las florerías locales, invernaderos o directamente con los productores.