Gabriel Muñoz, paramédico con 23 años de experiencia en la Cruz Roja Tulancingo ha mantenido su devoción católica y específicamente por el niño Jesús desde hace, al menos, 40 años. Y es que según comentó en entrevista con El Sol de Tulancingo, esta costumbre es un rito familiar en el que año con año se congregan para definir qué indumentaria llevará su imagen.
Entre sus brazos, contó casi al término de la misa de nueve en la Iglesia de Los Angelitos, que este año pide por la salud de familiares enfermos, pero también por tener paz y tranquilidad mental. Cabe destacar que así como otros integrantes de su familia, él optó por estudiar la especialidad en atención de Urgencias Médicas, profesión que considera una que "requiere mucho amor" por lo que esa igual es una de las peticiones que hace al niño Dios.
"Somos de aquí de Tulancingo, de la Francisco I. Madero. Este niño es de un tío, pero entre toda la familia lo vestimos. Nos mueve la fe y la idea de empezar el año con la confianza en Dios y en su poder superior y para que nos guíe con su luz", dijo mientras sostenía su imagen vestida con la advocación del Sagrado Corazón de Jesús.
Pese al deber filial, él y su madre son los que se encargan de bendecirlo. En esta ocasión, uno de sus sobrinos lo llevó por la mañana pero en cuanto terminó su turno en la Cruz Roja, a las ocho de la mañana, fue a cambiarse para cumplir con el acto de fe. Desde hace cuatro décadas, esta figura es la que los ha acompañado y se convirtió en una reliquia familiar.
"Mi hermana vino por la mañana, porque es enfermera y en ese horario pudo. A mí me tocó ahora", abundó. Coincidentemente, este mes se conmemora a la salud en la Arquidiócesis de Tulancingo, por lo que el señor Gabriel comentó al respecto que "también es el mes del amor, el amor que profesa Dios hacia nosotros y nosotros hacia los demás. Un amor que debe durar todo el año y en esta fecha tomamos el impulso para mantenerlo".
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