Pese a las campañas que promueven el no trabajo infantil en la entidad hidalguense, la realidad es que sigue el problema, al menos en la región Tulancingo con la llegada del periodo vacacional se observa a menores de edad por las calles y en algunos establecimientos vendiendo flores, golosinas o auto empleándose.
Ejemplo de ello son: Ariadna, Gustavo y Edgar, cuyas edades fluctúan entre los 15 y 17 años, dedican parte de sus días de asueto para desempeñarse como cerillos en una tienda de autoservicios, sus ganancias varían ya que solo reciben propinas.
“Juntamos 50 o 70 pesos cuando no nos dan mucho, pero hay días en que hasta más de 200 pesos podemos llevarnos a casa”, comentaron.
Ellos ayudan a sus familiares, aportando parte de sus ganancias al gasto familiar.
Los principales motivos por los que realizan algún trabajo económico son: para pagar su escuela, tener dinero para sus propios gastos, por gusto o sólo por ayudar, porque el hogar necesita de su trabajo.
En Hidalgo, se ha implementado un Protocolo de Intervención Interinstitucional, con el cual se trata de erradicar el trabajo infantil, sin embargo, dijeron que, ellos no saben de leyes y se encuentran satisfechos de poder contribuir con un ingreso a sus hogares.