Cambios inflacionarios, competencia desleal y grandes cadenas nacionales han afectado a las tienditas, misceláneas o abarroteras y, pese a todo pronóstico, muchas sobreviven y son el tipo de comercio con más registros en la dirección de Reglamentos y Espectáculos de Tulancingo.
“El problema no es que hayamos muchas, el problema es que en algunas comienzan a meter cosas de otros giros y eso no da en la madre a los demás. Por ejemplo, en la de la esquina de allá venden pan en la noche , entonces eso hace que la gente de ese lado ya no venga a comprar café o leche a mi”, lamentó el tendero Benito Moreno.
Con más de 20 años de antigüedad, dice que a pesar de tener un poco de todo, no puede surtir su establecimiento al cien. “Pero el menor de los problemas es ese, lo que nos da en ‘la torre’ parejos es el aumento de los productos, antes con mil pesos comprábamos huevo, azúcar, leche, y refresco, ahora solo pagamos el refresco”.
Estas prácticas desleales y los constantes incrementos de precios de los productos que se ofrecen comúnmente en este tipo de establecimientos es el principal reto que enfrentan, coincidieron tanto encargados como dueños de algunas tiendas de Tulancingo.
Muchos de estos establecimientos llevan décadas abriendo diariamente e, incluso, pasan de generación en generación y algunas sobreviven por añoranza, otras más por ubicación, pues están a unos pasos de centros educativos.
Tal es el caso de la “Miscelánea La Rosita”, de Don Luis Barrera, ubicada frente a la escuela primaria “Martín Urrutia Ezcurra” y a la vuelta del plantel “José María Lezama”, por lo que alumnos y maestros, al igual que algunos padres de familia, son parte de la historia de la tienda.
En tanto, Norma Hernández, dueña de una pequeña abarrotera en el corazón de Tulancingo, explicó: “Un tema que también nos afecta y no, es que han llegado muchas tiendas de autoservicio y de repente, cuando sacan ofertas, así como las del Julio Regalado, sí sentimos el bajón más de lo normal, pero también nosotros las aprovechamos para surtir; entonces es una con otra”.
Algunos más señalan el robo hormiga como otra problemática, pues al no tener cámaras o un trabajador que esté vigilando al cien por ciento, muchas veces son víctimas de pequeños robos que al sumarlos representan una cantidad importante para su economía.
“Es algo lamentable, porque luego entran los chamacos o hasta señores ya grandes, pero entran en bola y en lo que uno te entretiene comprando o preguntando, los de atrás ya se embolsaron las papitas, cacahuates, chocolates o hasta refrescos, pero no hay cámaras. ¿Cómo reclamas o pides una patrulla?”, lamentó la señora Hortensia López López, quien atiende una tienda que heredó de su mamá.