Productores de peces, así como habitantes de la rivera del Río Amajac informaron su preocupación ante la merma de producción y la presencia del Pez Diablo considerado un depredador de estos ecosistemas.
Nahúm Villeda Fuentes, quien habita a orilla de este caudal que cruza municipios de la Sierra Hidalguense, informó que ha disminuido considerablemente la mojarra, bagre, acamaya de río como pez blanco que aquí se genera, "hace tres años fue la última vez que lo detectamos, sospechamos y nos preocupa que se estén multiplicando".
Mencionó que el tema para quienes habitan cerca del río como los productores es preocupante, “porque muchas familias dependemos de los peces. No es la primera vez que encuentran la especie. Esta vez ubicaron a dos en San Andresito (Tlahuiltepa), pero hace como seis meses se descubrió otro más”.
Informó que ha disminuido la producción, “aquí podíamos obtener acamaya y actualmente es muy, pero muy raro que alguien encuentre este tipo de camarón en el Amajac”.
Responsabilizar al Pez Diablo ante este panorama, Nahúm Villeda respondió que podría ser uno de varios factores, pues recordó que entre habitantes han descubierto la utilización de químicos para lograr la pesca de camarón.
“La llegada del Pez Diablo, afecta aún más”, dijo.
Mencionó que no han recurrido ante las autoridades ambientales federales como estatales a la fecha, sin embargo, no lo descartó en los siguientes días a fin que se tomen cartas en el asunto pronto, “confiamos en que nos escuchen”.
Desde hace unos tres años, manifestó, detectaron que la producción comenzó a disminuir, “antes podíamos echar anzuelo y pescábamos algunos bagres para consumo familiar, pero ahora es muy raro. Incluso podíamos ver los peces desde la rivera debido al agua cristalina, hoy ya no es así”.
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Mencionó la colaboración de la población en general con las autoridades ambientales en caso de ser necesario a fin de recuperar los peces en el río, “en este lado de la Sierra Hidalguense, gran número de familias vive de la pesca. Tenemos la sospecha que el Pez Diablo proviene de la Laguna de Metztitlán”.
De acuerdo con expertos en la materia, el Pez Diablo se considera una especie invasora y una amenaza para la biodiversidad de los ecosistemas acuáticos, pues tienen un elevado potencial para afectar negativamente al ecosistema.