Si desde la infancia nos inculcan un estilo de vida saludable tendremos una calidad de vida en la vejez, muy probablemente sin desarrollar patologías que mermen las funciones del cuerpo, libres de enfermedad crónica degenerativa (diabetes, hipertensión o cáncer, entre otras), advirtió el geriatra por la UNAM, Rogelio Enríquez Flores.
Con un diplomado sobre el adulto mayor por la Organización Panamericana de la Salud, dijo que los enemigos del estilo de vida saludable son el sedentarismo, la obesidad, el tabaquismo y alcoholismo, y la alimentación abundante en carbohidratos y grasas, por mencionar algunos factores.
Bajo ese escenario adverso para el organismo, el especialista dijo que la proclividad a desarrollar padecimientos crónicos degenerativos puede ser a cualquier edad, pero especialmente entre los 30 y 40 años de edad, tomando en cuenta que “la obesidad y la diabetes no dan síntomas”.
Indicó que si cuando menos la población acude una vez al año a practicarse un chequeo médico, es posible detectar si se está propenso a desarrollarlas, y al enterarse de las primeras señales sí es posible evitarlas o prevenirlas en la etapa de joven-adulto (entre los 30 y 50 años) cambiando a un estilo de vida saludable.
Destacó que con la pandemia, “muchos centros hospitalarios (públicos y privados) cerraron y no había acceso a consultas y revisiones” para quienes tenían diabetes, hipertensión o afecciones cerebro vasculares, por ejemplo.
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También la pandemia al obligar al confinamiento social y quedarse en casa a estudiar y/o trabajar, y estaba prohibido el deporte, “se la pasaban comiendo todo el día” y entró el ser humano en una fase de sedentarismo, agregó.