Al menos una veintena de personas entre familiares y amigos de Edith N., originaria de Acatlán y probable víctima de feminicidio, protestan pacíficamente a las afueras de los Juzgados Penales de Tulancingo, instalaciones ubicadas a espaldas del Centro de Reintegración Social (Cereso) de la ciudad. Aquí, el presunto feminicida permanece recluido desde el pasado viernes, cuando comenzó la audiencia inicial.
Ese mismo día, fuentes de la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) confirmaron la detención de I.P.O, quien fue arrestado en Tijuana, Baja California, luego de que agentes de la División de Investigación del grupo especial adscrito a la Subprocuraduría de Delitos de Género, Desaparición de Personas e Impacto Social en coordinación con la Fiscalía General de Justicia de Baja California dieran cumplimiento a una orden de aprehensión en su contra.
"Nos dijeron que hoy se dará resolución, estamos aquí para pedir que se haga justicia porque tienen todo para vincularlo a proceso: nos mandó su confesión, a nosotros y a medios de Acatlán. Todo eso lo presentamos como prueba y no hay pretexto para que no haya justicia", expresó uno de los familiares en entrevista.
Sobre el momento en que les informaron de la detención del presunto artífice, manifestaron que fue "un momento entre felicidad y tristeza. Fueron muchos meses de estar con la incertidumbre de que el feminicida estaba suelto"
Cabe recordar que luego de cuatro días desaparecida, fue encontrado sin vida el cuerpo de Edith, mujer de 45 años de edad originaria de Acatlán. Una bala en la cabeza, otro en el estómago además de dos puñaladas fueron las agresiones que arrojó la necropsia, además de que el inerte estaba en el domicilio de su ex pareja, incidente que desde el inicio investigó la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo bajo la perspectiva de feminicidio.
El principal sospechoso y que hasta el viernes pasado permanecía en calidad de prófugo, llevaba meses acosándola con llamadas y visitas en estado de ebriedad a su establecimiento comercial, donde también amedrentaba a su hija. Hace casi un año, luego de que intentara golpearla, Edith buscó protegerse con una orden de restricción, misma que jamás logró garantizarse.