FRANCISCO I. MADERO, Hgo.- Campesinos del municipio se quejaron que a la fecha la planta tratadora de aguas negras en Atotonilco de Tula regresó a operar de forma habitual, aún cuando “daña a las tierras, simula un beneficio para los productos agrícolas”.
En entrevista dijeron que “apenas nos retiramos del plantón que miles de agricultores realizamos hace dos meses y enseguida comenzó a funcionar sin apego a nuestras peticiones”.
Manifestaron que la instalación de estas instalaciones en Atotonilco de Tula violan el decreto de veda del 8 de octubre de 1927, donde señala a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) impedida para otorgar nuevas concesiones sobre el recurso del agua.
Francisco I. Madero es parte de la dotación de aguas negras del Distrito de Riego 03 de Tula que fue ratificado con el decreto de fecha 5 de enero de 1955.
Explicaron que este distrito para su operación requiere de 50 metros cúbicos de agua por segundo, sin embargo, la planta tratadora sólo otorga entre 20 y 23 metros cúbicos para satisfaces la demanda, “disminuyó el 60 por ciento de la dotación de volumen”, dijeron.
Además, de esa fracción de líquido le retiran los nutrientes y dejan pasar los deshechos tóxicos, “perjudicando nuestras tierras porque las hacen salitrosas y con mucha sodicidad”.
También declararon que “el tratamiento sólo nos roba el abono orgánico para que el consorcio Carzo Español lo comercialice”.
Exigieron a la Conagua que sea las industrias limpien el agua antes de verterla al drenaje público tras considerar que son ellas quienes contaminan el agua y, dijeron, por ley están obligadas a sanearlas acorde al Artículo 88 bis de la Ley de Aguas Nacionales.
Por último manifestaron su sospecha de que el resto del agua no tratada llegue a la presa hidroeléctrica de Zimapán.