Proponen estrategias para crear espacios de cuidado y prevenir la violencia sexual en las infancias, durante el Primer Congreso Municipal por los derechos de niñas, niños y adolescentes, en la capital hidalguense.
La violencia sexual en menores, consiste en actos y manifestaciones realizados en contra de su adecuado desarrollo y es ejercida desde el poder; son perpetrados a través de la manipulación, chantaje, amenaza, soborno, engaño o seducción, con la finalidad de estimular la sexualidad de los agresores y pueden incluir o no contacto físico.
Al respecto, Ingrid Verónica Baños Guerrero, propuso generar zonas seguras para los menores: “Espacios de cuidado que favorezcan el desarrollo de su libre personalidad y de su autonomía, en donde se les pueda dejar en resguardo, pero considerando sus intereses e inquietudes, dándoles su lugar…pareciera que son accesorios, personas sin derechos que podemos mover a nuestros intereses y comodidad”, expuso.
De igual modo, la ponente indicó que se deben plantear estrategias, desde una perspectiva de género, debido a que la responsabilidad del cuidado recae mayormente en las mujeres: “La sobrecarga de cuidados que nosotras tenemos, derivan en un rebasamiento emocional”, dijo.
“La construcción de estos lugares, es necesaria y cumplen una doble función, le dan tranquilidad a las mujeres de que las crianzas se encuentran en un lugar seguro, mientras ellas trabajan y contribuyen a la economía del país”, detalló Baños Guerrero.
La también líder de la Asociación civil ‘Yo te creo’, informó que en el estado de Hidalgo, durante el periodo de abril del 2020 y junio del 2022, atendieron a 62 familias: “Aunque su consulta principal no tenía que ver con violencia sexual, en la exploración o durante en la entrevista, reportaron haber vivido un incidente de violencia dentro de su hogar”, lamentó.
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Desde la Sala de Artes: María Teresa Rodríguez, manifestó que estos delitos son cometidos generalmente desde casa, “Quiero que se imaginen todo lo que pasó en 2 años donde las infancias estuvieron resguardadas con sus agresores; habían parado las denuncias de abuso sexual, pues al estar los centros educativos cerrados, se limitaba la posibilidad de denuncia y los niños ya no podían ir con su maestra a decirle, estoy viviendo violencia”, concluyó la conferencista.