El pollo, que era una alternativa para las familias más accesibles que la carne, ya no lo es más, pues actualmente un kilo de pechuga se cotiza hoy entre hasta en los 90 y 129 pesos, según constató un recorrido realizado por este diario.
Aunado a eso, otros productos con los que regularmente se combina, por ejemplo, las papas también están caros, toda vez que actualmente se comercializa en un precio máximo de 38.90 pesos por kilo.
En mercados de la capital, el kilogramo de pechuga se vende en un promedio de 90 pesos, mientras que en autoservicios, el precio va de los 109 y alcanza un máximo de 129. Por ello, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) recomienda comparar precios a fin de encontrar la oferta más accesible al bolsillo.
De forma que preparar un platillo de pechugas de pollo empanizadas con papas ya es un lujo, “cuando antes recurríamos a eso para sustituir bisteces”, dijo la señora Guadalupe Pineda. Quien aseguró que pese al alto costo, se trata de un producto de consumo cotidiano cuyo consumo es prácticamente obligado.
“No nos queda otra más que comprarlo, aunque a veces, lo más recomendable es comprar pollo por piezas, pues resulta una alternativa más económica”, recalcó.
No obstante, señaló que en ocasiones, el huevo, es una opción para sustituir este alimento, sobre todo cuando hay que hacer rendir el dinero al final de la quincena. “Sin embargo acaba de subir de nuevo y ya se vende en 44 pesos”.
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En la primera quincena de junio, el pollo se ubicó como uno de los productos con mayor aumento de precio y por ende que más incidieron en la inflación en este periodo, cuando se ubicó en 7.8 por ciento, uno de sus niveles más altos en los últimos 21 años.