TULA DE ALLENDE, Hgo.- “El vivir en el mundo de las drogas y el alcohol es lo peor que te puede ocurrir, ya que te puede llevar a perder tu familia o hasta la vida”.
Así lo expresó, ayer, el joven Michael Jhonatan, quien es interno de un centro de rehabilitación ubicado en la colonia El Llano, de esta ciudad.
El entrevistado aseguró que por ser adicto a diversas sustancias prohibidas, entre ellas el “cristal”, cocaína, mariguana, pastillas psicotrópicas, cemento y aerosoles, perdió a su familia integrada por sus dos menores hijos y su esposa.
En confianza, mencionó que fue a partir de los once años de edad que entró al mundo de las drogas y hasta los veinticuatro años de edad logró salir gracias a terapias que le otorgan en el mencionado centro de rehabilitación de Tula.
“Ya he sufrido y batallado mucho en la vida y perdí todo lo que más quería. Ahora también conocí a Dios y es momento de volver a empezar “ señaló Michael Jhonatan, quien tiene 25 años de edad y es originario del estado de Jalisco.
A su decir, le gustaba el efecto de las drogas ya que sentía que tenía poderes y podía leer la mente de las personas y veía cosas que otros no podían observar, como seres humanoides o zombies.
El joven individuo precisó que le orilló a alejarse de ese mundo de las drogas el centro de rehabilitación donde se encuentra desde hace varios meses.
“Ya no quiero volver a perder en la vida, pues los enervantes hicieron que hasta perdiera la confianza de mis familiares y eso me dolió mucho en el corazón. Ya se me quitaron las ganas de volver a probar las drogas pues realmente no he hecho nada en mi vida para tener un futuro mejor” citó el informante.
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Finalizó diciendo que ahora se dedica a “botear” en las calles para recaudar fondos económicos que le permitan mantener su estadía en dicho espacio de rehabilitación.