Por incumplir con los lineamientos en el manejo de cadáveres o protección de personal y sociedad civil, la Comisión para la Protección Contra Riesgos Sanitarios del Estado de Hidalgo (COPRISEH), ha sancionado a por lo menos 15 funerarias en el tiempo que lleva la pandemia, así lo informó el titular del organismo, Sergio Vázquez Salazar.
Explicó que la COPRISEH ha ofrecido capacitación a los empleados y dueños de las 125 funerarias que operan en la entidad, de las cuales solo 100 tienen permiso para manejo de cadáveres de Covid-19.
Las funerarias han sido sancionadas, algunas con las suspensión del permiso de forma temporal y otras de manera permanente, ya sea porque el personal no portaba el equipo de protección, no recibieron la capacitación, por falta de autorización para el manejo de cadáver, o bien porque no tenían la separación en la carroza, incluso por falta de documentación.
También, dijo, se ha capacitado y se mantiene comunicación permanente con los registros civiles, sobre los lineamientos que deben seguir para el manejo de cadáveres y también en el sentido de que los trámites sean rápidos, pues hay familiares contagiados y deben evitar el contacto.
Al tiempo, Socorro Velázquez Cordero, líder del proyecto de las Unidades Médicas Saludables de la COPRISEH, detalló los lineamientos y exigencias que se les hacen a las funerarias para que puedan hacer manejo de cadáveres, “lo que pedimos es que cuenten con documentación, aviso de funcionamiento, licencia de carroza, capacitación en manejo de cadáveres por Covid-19, permiso sanitario para que hagan el traslado de cadáveres a otros municipios y la seguridad de que ya tengan la fosa”.
Por lineamientos, los cadáveres de Covid-19 deben ser cremados o inhumados en un lapso no mayor a 12 horas, tras la defunción, explicaron ambos funcionarios de la COPRISEH, también tener un proceso de desinfección.
“No se les cambia de ropa, no se les embalsama, no se les hace ningún proceso estético, sino que debe ser desinfectado, así como el área donde está, se introduce en bolsa mortuoria de características que son amigables con el medio ambiente, se va al ataúd, y se traslada directamente a la inhumación o a la cremación” expuso Velázquez Cordero.
Reconoció que no se puede obligar a las personas a cremar a su difunto, pues incluso es una cuestión de usos y costumbres, “es cuestión de cultura e incluso de algunas situaciones de religiosidad en la que los familiares no quieres que el cuerpo de la persona sea cremado. No podemos obligarlo, pero ya deben tener fosa disponible para que vaya directamente el cadáver”.