Tulancingo es una de las ciudades más antiguas de México y de América, pues hasta ahora se han estudiado 14 mil años de historia de la ciudad de los satélites.
Por ende, algunos personajes trascendentales para la historia mexicana y del colectivo latinoamericano han pisado tierras tulancinguenses.
Y no siendo menos, también se han llevado a cabo sucesos históricos de impacto no solo regional sino nacional como lo fue la Batalla de Tulancingo, comandada por Nicolás Bravo, insurgente y tres veces presidente de México, quien por cierto dio nombre al municipio: Tulancingo de Bravo.
¿Quién fue Nicolás Bravo?
Nació el 10 de septiembre de 1786 en una familia terrateniente criolla en Guerrero. Su carrera militar comenzó el 17 de mayo de 1811, fecha en que se incorporó a las fuerzas de Hermenegildo Galeana al comienzo de la segunda etapa de la guerra de independencia, junto a su padre y sus tíos; pronto se hizo hombre de confianza de Morelos.
Nicolás sobrevivió a los 11 años de lucha insurgente, aunque estuvo en prisión de 1817 a 1820 por negarse a recibir el indulto. Una vez liberado, se trasladó a Cuernavaca, donde continuó su lucha. En 1821 se unió al Plan de Iguala con Vicente Guerrero y Agustín de Iturbide y con ellos fue parte del Ejército Trigarante que consumó la Independencia.
Paso y huella de Nicolás Bravo por Tulancingo
El 19 de mayo de 1822, Agustín de Iturbide, es proclamado Emperador de México, un año después abdicó a la corona y ofreció salir de la capital optando que su residencia estaría en Tulancingo a donde llegó el 3 de abril del mismo año. Se le retiró de Tulancingo el 20 de abril de 1823 y se embarcó en Veracruz el 11 de mayo.
El 6 de enero de 1828 Nicolás Bravo, que en ese entonces era vicepresidente de la República, marchó a Tulancingo, lugar muy débil como punto militar, en vez de emprender su marcha hacia el sur, donde contaba con numerosas simpatías y con puntos más estratégicos para enfrentar mejor la resistencia.
A su llegada, con una fuerza de aproximadamente unos mil hombres, se dispuso a parapetarse, esperando a Vicente Guerrero que en poco más de un día podía llegar a enfrentarlo, como efectivamente sucedió, sin darle tiempo a Bravo para defenderse, librándose la Batalla de Tulancingo, donde fueron hechos prisioneros todos los jefes de la rebelión liderada por Bravo y posteriormente él fue llevado a la capital para ser juzgado.
Fallecimiento de Nicolás Bravo
Al iniciarse la década de 1850 se retiró, cansado, a su hacienda natal, Chichihualco, donde murió el 22 de abril de 1854, precediendo por sólo tres horas a su esposa Antonina Guevara, también ilustre combatiente; según los rumores, Antonio López de Santa Anna ordenó su envenenamiento.
Nicolás Bravo fue declarado Benemérito de la Patria. Sus restos reposan en la Columna de la Independencia, en la Ciudad de México. El aniversario de su muerte es luto oficial en su estado natal, Guerrero.
Pie.
Tulancingo en la década de 1890 / Cortesía INAH