A mitad del año y luego de un bienio de no realizarse eventos religiosos masivos como primeras comuniones, bautizos, confirmaciones, entre otros, el sector que se ve más beneficiado es quien comercia y fabrica este tipo de ropa, no así los textileros, quienes reportan bajas ventas y esperan que la situación mejore durante los meses de noviembre y diciembre, cuando la gente busca abrigarse con ropa de tejido de punto.
Así lo reconoció el fabricante cuatepequense José Hernández, quien calculó que cada jueves vende un aproximado de 30piezas, lo cual representa una venta baja para el gremio textil, tomando en cuenta la producción semanal y los costos que éste le genera, así como el pago de salarios a los trabajadores.
Dijo que durante la pandemia la situación fue casi similar, registrando sus mejores ventas durante los meses de diciembre, donde, con las medidas sanitarias más estrictas, la gente acudía a buscar el tipo de prenda que fabrican, ante la temporada fría del año. Este año, al igual que en anteriores, registraron también buenas ventas una o dos semanas previas a la celebración del 10 de mayo, pero el resto del año la tendencia es de ventas bajas.
Si bien reconoció que en las últimas semanas se ha registrado una buena cantidad de gente en la Plaza del Vestido, la mayoría acuden a buscar ropa de gala para sus celebraciones de bautizos, bodas, quince años, primeras comuniones, confirmaciones, siendo sus fabricantes son los más beneficiados con la reactivación y permisividad de realizar esas celebraciones.
“Confiamos que en noviembre y diciembre nuestras ventas aumenten, como regularmente suele pasar cada año. En esos meses es cuando viene mucha gente a la plaza del vestido, que incluso no se puede caminar en los pasillos. De momento no queda más que seguir ofertando nuestros productos para quienes gusten adquirirlos”, concluyó.